El apego… ¿bueno o malo?

El apego… ¿bueno o malo?
  21/11/2016

VERÓNICA MONSONÍS (*)

 

Las personas que sufren de apego excesivo, no disfrutan de las relaciones, se enganchan en exceso y pierden su individualidad satisfactoria. Eliminar la dependencia emocional es posible. Para ello es la propia persona la que debe tomar la decisión de cambiar para tener una mejor calidad de vida.

            Suelen haber más mujeres que hombres con este problema, aunque también éstos lo sufren exactamente igual que cualquier mujer. Una autoestima baja puede acarrear este problema, independientemente del sexo de la persona.

            Debemos tener en cuenta que no solo existe la dependencia emocional en las relaciones de pareja, también se puede dar en amistades, compañeros, familia y personas del entorno. En general, es una situación que puede establecerse en cualquier ámbito.

            Así, una persona con apego enfermizo o que tiene dependencia emocional se caracteriza por (la mente es maravillosa):

            - Su felicidad se centra en una sola persona, no disfruta de otra cosa que no sea estar con quien ama o aprecia.

            - Su alegría depende de cómo le tratan los demás y de lo que piensen de ella. Si se siente aceptada todo genial, pero como sienta que cae mal o que tienen mala opinión de ella, se esfuma la felicidad. Dependen en exceso de los demás para estar bien o mal.

            - Evitan a toda costa llevar la contraria para evitar enfrentamientos, le invade el temor a molestar o a ser rechazado.

            - Antepone el deseo de otros, al suyo propio, se siente como si no tuviera capacidad de decisión, su vida la manejan.

            - Solo se siente bien consigo mismo si se siente querido. Si no hay alguien a quien querer, se siente vacío, sin amor propio.

            - Le invade el miedo a menudo, miedo a perder a esa o esas personas que tanto ama o aprecia. Ese miedo le impide disfrutar como debería de las relaciones.

            - Cae fácilmente en los chantajes emocionales, no soportaría que por su culpa alguien se hiciera daño. Sacrifica su felicidad para dársela a otros.

            - Prefiere sufrir, antes que dejar a la persona a la que estás enganchado/a. No tienes la fortaleza de cortar un contacto porque tampoco siente que tiene la capacidad de salir adelante sin esa persona a la que quiere.

            - Necesitas al otro/a, sino la vida pierde total sentido.

            - El sentimiento de culpa está a menudo con ella. Siente que es el responsable de la felicidad de los demás, ya sea su pareja, familia, amistades, etc. Se siente con la obligación de contentar a los demás y si no lo hace se siente culpable.

            - Quiere tener el control de toda su vida, para tener la seguridad de que no le perderá. Se convierte en una especie de espía para seguir incluso las conversaciones que tiene con otras personas. Se obsesiona un poco con esa persona, deja de vivir su vida para seguir la del otro.

            - La persona está tanto en el centro de su vida, que sus amistades y demás pierden importancia para ella. Hay tendencia de aislamiento social, sólo le apetece estar con esa persona, y cuanto más tiempo diario mejor.

            - La relación genera ansiedad. La persona nunca está contenta porque quiere más, y sobre todo teme que la dejen, lo cual sería una catástrofe porque no se imagina la vida sin esa persona.

            A cualquiera nos gustaría tener a alguien especial en nuestra vida, lo que diferencia a una persona no dependiente, es que cuando están solo/as pueden tener momentos de melancolía, pero eso no les detiene para seguir disfrutando de otras facetas de su vida. La persona con dependencia emocional necesita al otro para disfrutar.

 

(*) Psicóloga. Máster en Psicología Clínica y experta en Atención Temprana.

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