Nueva temporada de Casa Meua és Casa Teua: El Corral del Pato, 43 años de cocas, brasa y tradición

Nueva temporada de Casa Meua és Casa Teua: El Corral del Pato, 43 años de cocas, brasa y tradición
  21/10/2023

 

Que en El Corral del Pato se comen cocas, y de las buenas, es de sobra conocido. Es uno de esos restaurantes que dicen mucho de quienes lo llevan y del lugar donde están. Porque allí se come Marina Alta por todos los lados. Platos tradicionales, de esos que se preparan en cualquier casa de la comarca que no haya renunciado a la comida de siempre -algo cada vez más difícil- y el propósito de que quien se siente a la mesa se sienta a gusto. Son quizás los dos distintivos más destacados de un restaurante que es referente de un territorio que Toni Reus Torres conoce bien. Casa Meua és Casa Teua, el programa con el que Els Magazinos quiere hacer un homenaje a las familias hosteleras, estrena temporada en Gata de Gorgos el próximo jueves, 26 de octubre. Y lo hace en uno de sus restaurantes más emblemáticos y, de nuevo, de la mano de Cerveza Turia.

Poco imaginaban los hermanos Toni y Ana Reus Torres en qué se convertiría aquel negocio que abrieron en la caseta de la partida Bolerías (hoy Trossets) en el año 1980. Querían montar en Gata algo similar a lo que eran por aquellos años Betibó en Dénia o Can Tallarina en Xaló. Pusieron unas mesas bajitas para que la gente charlase y degustase sus tartas. Empezaron sirviendo también aperitivos, poca cosa, y alguna coca, con unas mesas más altas al fondo del local. “Al poco tiempo, la gente venía a buscar las cocas y el bull”, comenta Toni, “las tartas para el postre”.

Y así fue como El Corral del Pato introdujo otros platos -salmuera, salazones, espencat, embutido, chuletas a la brasa servidas al centro, …- y se convirtió en restaurante. Lo de las cocas lo aprendieron de la madre, Teresa Torres, “porque nosotros no sabíamos hacer nada”, confiesa el propietario del negocio. Nunca pensaron que aquella aventura -a la que se lanzaron porque no querían estudiar- acabaría así. Estuvieron juntos durante muchos años e hicieron del restaurante no solo un referente de la cocina tradicional, también del arte. Porque en El Corral del Pato se expone, solo hay que fijarse en sus paredes. Hoy, 43 años después, en el restaurante se sirve prácticamente lo mismo. Las cocas, las carnes a la brasa y los arroces, preparados en un buen horno moruno, son su fuerte. Ha habido que renunciar a platos tan ricos y típicos como el bull o el budellet -“porque no encuentras bueno, del que me gusta”-, pero nos puede sorprender con uns capellanetes o unas exquisitas alcachofas en temporada.

Ana emprendió una nueva aventura hace unos años, el restaurante Venta La Parra, y Toni continúa al frente del negocio, que ha visto evolucionar con el tiempo. “Al principio venía gente de Valencia, de Gandia, Benissa, Dénia, Xàbia, Moraira… de Gata, pocos, porque lo que hacíamos aquí ya lo comían en casa, luego ya vinieron”. También extranjeros, “que no son amantes de los salazones pero disfrutan comiendo cocas y carne a la brasa, o espencat”. 

El día fuerte era el domingo, porque el sábado era el día para ir a la caseta, al campo. “Era una locura, la gente salía para ir a misa y luego venía a comer”, explica, “pero ahora los bancales están abandonados y la gente ya no ha de ir a trabajarlos el sábado”, que después pasó a ser el día fuerte. Los hábitos han cambiado y ahora se trabaja mucho los fines de semana a mediodía, sobre todo en invierno. En verano no hay ni que preguntarlo: la reina es la terraza, sobre todo por la noche. Amplia, tranquila y con un algarrobo centenario que muchos han inmortalizado abrazados a él en sus fotografías.

El pan y las cocas los hace Toni, como su madre le enseñó. Sus padres tenían una carnicería pero a los tres años de abrir el restaurante, Teresa se incorporó a la cocina. Mantiene los mismos sabores que entonces: la coca de pisto y anchoa y la de cebolla y longaniza son de pasta de pan; la de espinacas es escaldà; y la de guisantes es de la mida, tipo empanadilla.

Las tartas tienen muy buena acogida, todas caseras y de sabores variados (calabaza, zanahoria, higos, chocolate, queso). No busquemos carta de vinos. “Los recomiendo yo directamente porque los voy cambiando, a la gente le gusta probar cosas nuevas”, explica. Entre los valencianos, los más demandados son los de uva bobal y monastrell, “pero también tengo giró, que es la de aquí”. Para rematar la comida o la cena, como ha servido siempre, una mistela de Xaló.

Y no, lo del pato no viene de aquellos tiempos en que podíamos ver patos, gallinas o pavos reales en un corral próximo a la terraza. El Pato era el apodo del antiguo propietario de la casa, el senyoret para el que trabajaban sus abuelos como caseros. Pasados los años, la propiedad se puso en venta y fue el padre de Toni quien la compró, “pero todo el mundo ya llamaba al camino el Camí del Corral del Pato”. El nombre con el que se quedó el restaurante.

* El menú de la cena del jueves 26 de octubre, a les 21 h., en El Corral del Pato: pan all i oli; espencat; cocas variadas; capellà a la llama; embutido a la brasa; carne a la brasa; y tartas variadas. Maridaje: Cervezas Turia y Complot Ipa con dos de los platos y vino. Precio: 35 euros. Reservas: 965756834.

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