¡Que viene el polen!: Un 20% de la población tiene rinitis alérgica 

¡Que viene el polen!: Un 20% de la población tiene rinitis alérgica 
  28/03/2021

 

La incidencia de las alergias respiratorias en los países industrializados sube de forma lenta pero continuada desde hace 20 años

 

La llegada de la primavera es, para muchos, sinónimo de estornudos, picores, congestión nasal e incluso de problemas para dormir o hacer vida normal. El polen y el polvo son los causantes de la llamada rinitis alérgica, una alergia que se manifiesta en distinto grado y de forma diferente pero a la que temen quienes la padecen con intensidad por las molestias que les ocasiona en su día a día. Si es de origen polínico, su incidencia es mayor en primavera, cuando se disparan los niveles de polen de plantas como las gramíneas o el olivo. Aunque también hay alergias a pólenes que tienen sus picos en otoño e incluso en invierno. Si detectamos alguno de los síntomas mencionados, debemos fijarnos en su frecuencia y en su intensidad antes de acudir al médico y hacerlo si los síntomas se repiten al menos durante tres días a la semana y durante cuatro semanas seguidas. Porque, como dice el doctor Gabriel Colamarco, alergólogo del Hospital de Dénia, el 60% de la población puede tener síntomas leves y ocasionales de rinitis cuyo origen puede ser, o no, alérgico. 

En los países industrializados la prevalencia -es decir, la proporción de personas que sufren alergias respiratorias y alimentarias- sube de forma lenta pero continuada desde hace veinte años. Se barajan varias teorías sobre los motivos de este aumento de la incidencia, algunas asociadas a una mayor higiene que hace que la exposición a enfermedades parasitarias sea menor y se disparen las alérgicas. Sea cual fuere la causa, la rinitis alérgica puede ser una enfermedad estacional -la polínica- o perenne -debida a los ácaros del polvo-. Los síntomas habituales (la congestión nasal, la rinorrea o secreción nasal acuosa, el picor nasal, ocular o faríngeo, los estornudos, la sensación de obstrucción) se pueden complicar cuando bajan hasta las vías respiratorias y se produce un asma alérgico.

El doctor Colamarco subraya la importancia de hacer un diagnóstico a partir de un abordaje individual, estudiando cada caso, e individualizar los tratamientos. Hay que fijarse en la frecuencia y la intensidad de la rinitis, “que puede ser puntual, de un día”, y acudir al médico de cabecera para que haga una valoración y nos dé un tratamiento. “Si no funciona o los síntomas son muy intensos, nos remitirá al especialista alergólogo que hará su valoración”, explica, “pero nunca hay que automedicarse porque algunos medicamentos pueden ser perjudiciales”, advierte el especialista.

La rinitis alérgica no tiene edad, “puede aparecer en cualquier momento” -señala el doctor Colamarco- “y aunque suele ser más habitual en la infancia, hay pacientes que debutan en la vida adulta”. Su incidencia es altísima, ya que afecta al 20% de la población general, y se puede desarrollar por factores genéticos, que no se pueden controlar y aumentan las posibilidades de desarrollo. Existen otros factores de riesgo también difíciles de manejar, como la polución. Se sabe por ejemplo que el consumo de tabaco durante el embarazo aumenta el riesgo de padecerla y que la lactancia materna actúa como protectora.

CIPRÉS EN MARZO, PARIETARIA EN ABRIL

Cada zona tiene una concentración de pólenes distinta. Entre los meses de abril, mayo y junio, el de mayor prevalencia en el área mediterránea española es el de las gramíneas (grama común, césped, trigo, cebada, centeno…), seguido del polen del olivo (muy alergénico, fácilmente sensible para pacientes con tendencia alérgica o a desarrollar síntomas) y el de la parietaria, que tiene también mucha importancia en la Marina Alta.

En estos momentos, la mayor concentración es la de los pólenes de final de invierno e inicio de la primavera, árboles que dejan de polinizar a finales de marzo. Es el caso del ciprés y el plátano común. 

El doctor Gabriel Colamarco recuerda que las lluvias estacionales aumentan la polinización y por lo tanto “la concentración de polen es mayor a final de abril y mayo si ha llovido más en febrero y marzo”. De ahí que unas primaveras sean peores que otras para los alérgicos. También los alérgicos lo pasan peor los días ventosos, ya que el viento esparce el polen. Los medidores de pólenes, repartidos por todo el territorio español, ayudan a controlar su concentración y los picos. En la comarca, el medidor está situado en Pego. 

MENOS SÍNTOMAS CON MASCARILLA

Como ocurrió la temporada pasada, y aunque no existan estudios rigurosos al respecto, el uso de las mascarillas benefició a los pacientes que sufren rinitis alérgica polínica. “Se vio una disminución de síntomas porque la exposición al polen al aire libre, donde las concentraciones son mayores, fue menor”, explica el alergólogo. Sobre qué mascarilla es más recomendable, puntualiza que si la FPP2 filtra más “es obvio que protegerá mejor”. Aclara que la vacuna de la covid no tiene ninguna contraindicación para los pacientes diagnosticados de rinitis o asma alérgicas, que únicamente tendrían que esperar a ponérsela en el caso de que su administración coincidiese con una crisis aguda. En ese supuesto, únicamente tendrían que esperar a que pasase esa crisis asmática y seguir con el tratamiento. 

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