Alexis regresó, marcó, salvó y se volvió a ir

Apenas hacía falta una victoria al Calpe para certificar la permanencia en Regional Preferente, pero se resistía. La peor sequía goleara llegó en el peor momento. En las últimas cinco jornadas anteriores apenas se había logrado un tanto, y ni un solo punto. El equipo, sumido en una profunda depresión y con cambio de mister incluido, se situó al borde del abismo. Y a su capitán, Alexis Fernández, Alexis, el ariete del equipo, le tocó vivir esos momentos delicdaos desde unas circunstancias muy desagradables, “muy feas”, como él mismo califica. Todo porque fue expulsado en el partido contra L’Olleria y sancionado con cuatro encuentros, a su entender un castigo desmesurado. El capitán convivió durante ese interminable mes con la derrota de su equipo y la impontencia de no poder hacer nada sobre el terreno de juego. “El mensaje que quería transmitir no llegaba a mis compañeros”, apunta el capitán. El peor castigo para un ganador indomable.

Pero el fútbol le iba a regalar otra merecida tarde de gloria. Y nada menos que en un escenario mítico del fútbol valenciano como es el Clariano, ante el anfitrión Ontinyent. Regresó de la sanción y saltó como titular. Estuvo sobre el terreno de juego poco más de una hora, y se notó porque el juego del equipo con Alexis es sin duda otro. Hay más contacto y más pelea en el frente ofensivo y, sobre todo, un referente arriba. Además contagia su carácter competitivo.

El partido se acercaba igualado al ecuador de la segunda parte cuando Alexis puso el 1-2 y provocó un estallido de júbilo entre los suyos. La adrenalina se desató y revolvió el estado anímico de un club que asistía sumido al descenso de categoría. En pocos minutos en torno al gol pasó de todo. Alexis fue sustituido después de ver la quinta amarilla que le impedirá jugar el próximo partido, último de liga, ante el Jávea. Regresó, marcó el tanto que salvó a su equipo, y se volvió a marchar para no jugar más esta temporada. Todo eso en la que probablemente habrá sido una de las horas más intensa en emociones de su dilatada carrera como futbolista.

“Esto es lo bonito del fútbol, hemos resurgido cuando peor estábamos que nunca”, comenta Alexis. “Ha sido una gran alegría después de un año de pelear; hemos sido como una familia que hemos creído juntos hasta el final”, añade el ariete. Del gol recuerda la asistencia perfecta de su compañero David, que prácticamente se lo regaló.

Ya con los deberes hechos, recuerda que ha sido una temporada muy dura. “Nos reforzamos bien al principio y formamos un equipo que combinaba bien juventud y veteranía, pero las lesiones no nos han ayudado demasiado”. La verdad es que el Calpe ha acumulado infortunios en este sentido. A pesar de todo lo sufrido, el capitán se queda con que “el fútbol es un día a día y tiene poca memoria, y ahora nos toca disfrutar de este momento”. “Nunca hemos dejado de creer y hemos dado la cara hasta el final”, añade Alexis, que dejó algún recadito en las redes para aquellos que les daban por finiquitados antes de hora.

UN VETERANO QUE NO SE RINDE

A punto de cumplir los 37 años el calpino se siente con las fuerzas y el ánimo del primer día, de cuando deslumbró con sus goles en su etapa de juvenil en el Alicante y el Valencia. Admite que sus colores de siempre son el verde y el negro, a pesar de haber defendido a lo largo de sus casi dos décadas de carrera las camisetas del Alfaz del Pi, Jávea y La Nucia (en este último equipo en Tercera División). Regresó al Calpe por “una cuestión de sentimiento”, y no dudó en arrimar el hombro en Segunda Regional, cuando la refundación del fútbol calpino. Ahora se muestra dispuesto a seguir en “el club de mi pueblo y mi corazón, aunque eso no depende solo de mi”.

Su capacidad goleadora ha menguado en las últimas temporadas pero su hambre de gol sigue intacta. Por cierto que el año pasado marcó en la última jornada contra el Jávea otro gol para la salvación del Calpe.

Le queda cuerda al bravo delantero de robusta apariencia al que no le gusta perder para seguir escribiendo episodios de ensueños como el del Clariano.