¿Dónde comienza y dónde termina el Yoga?

¿Dónde comienza y dónde termina el Yoga?
  25/10/2020

Por Ilde Leyda

"El Yoga es aquello que nos permite alcanzar algo partiendo de una situación en la que no había capacidad hasta desarrollar la capacidad de conseguirlo".
(Cristina Sáenz de Ynestrillas)

¿Dónde comienza uno en el yoga? No hay requisitos previos de ningún tipo para iniciarse en la práctica del yoga. Cada uno de nosotros parte de la situación en que se encuentra en ese momento, tanto a nivel físico como a nivel mental. A partir de ahí, cada cual seguirá también su propio itinerario, su propia evolución. Y en todo momento ha de tenerse muy en cuenta que no todas las personas buscan lo mismo en el yoga.
    ¿Qué es entonces lo que va a determinar que nuestra experiencia con el yoga tenga mayor o menor alcance y profundidad? Sin duda alguna van a influir múltiples factores, tanto internos como externos, en todo momento, tanto al inicio como a lo largo de todo el tiempo de nuestra vida que pasemos practicándolo. Por ejemplo, por supuesto que van a condicionar nuestros progresos o estancamientos la cantidad y, más aún, la calidad del tiempo que dediquemos a nuestras prácticas; así como la seriedad y la honestidad con que nos lo tomemos y con que equilibradamente nos esforcemos por mejorar, por ir dominando y superando cada uno de los obstáculos de todo tipo que, segurísimo, tanto internos -propios de nuestra personalidad y de nuestra constitución en un sentido muy extenso- como externos -provenientes del entorno o medio ambiente en que habitualmente nos desenvolvemos-, van a ir saliéndonos al paso con mayor o menor intensidad.
    Con el tiempo, si uno seria y honestamente se aplica, persevera y pasa a dominar de manera gradual esos obstáculos de la clase que sean y por insuperables que, en un principio, pudieran llegar a parecer, siempre, claro está, dentro de la esfera de lo humanamente posible.
    Lo que sucede es que la gama de lo humanamente posible es muchísimo más amplia con el yoga que sin él.
    ¿Cuál sería en ese caso el trayecto recomendable, el óptimo, en el yoga? Digamos que no hay, a priori, un itinerario ideal preestablecido. Como afirmaba el insuperable yogui Tirumalai Krishnamâchârya: "El Yoga ha de adaptarse a la persona y no la persona al Yoga". Y es que existen enormes diferencias, tanto en el punto de partida como en lo que cada persona busca y, por el camino, va encontrando en el yoga. De ahí que el profesor haya de poseer una mentalidad totalmente abierta, flexible y respetuosa y haya de ir, con profunda comprensión de las circunstancias, adaptando los interminables recursos de que -si es un auténtico profesor o profesora de valía con conocimiento- dispone al estado en que se halle cada uno de sus alumnos y alumnas y a las aspiraciones, necesidades reales y evolución personal de cada uno de ellos.
    Quiero, para terminar este breve artículo, mencionar por ahora uno solo de esos obstáculos a los que me he referido, uno muy presente y muy difícil de vencer en la mayoría de personas de nuestra sociedad: el obstáculo del suspicaz escepticismo metódico, compulsivo, que tantas personas confunden con la auténtica inteligencia.
    Pero claro que es lo correcto dudar para que no traten de colarnos gato por liebre, para que no pretendan embaucarnos con zarandajas como a crédulos o gregarios sin capacidad de análisis ni de discernimiento ante las situaciones y las personas con que nos vamos cruzando a lo largo de la vida. Pero es que en el yoga no se le demanda a nadie que deje de pensar ni de analizar, sino, justo al contrario, como a los científicos, que lo compruebe todo por sí mismo. En el yoga no se cree o se deja de creer: el yoga se comprueba.
    El Yoga está constituido de sucesivas comprobaciones empíricas, una tras otra, una tras otra, una tras otra... así, gradualmente, por etapas, pero sin final.
    Si tiene cualquier duda o comentario puede enviar un mensaje a ildeyoga@gmail.com.

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