Gustavo Almela: Mejor, mucho mejor, pero…. (accesibilidad)

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  25/08/2019

Un año más quiero hablar sobre la accesibilidad de este pequeño paraíso terrenal llamado Dénia. Y lo voy a hacer con la experiencia que me da mis casi 31 años de tetraplejia, usuario permanente durante todo este tiempo de silla de ruedas, y los 52 años que llevo viniendo a pasar largas temporadas aquí.

            Han pasado 10 meses (demasiados para mí) desde la última vez que estuve por aquí y me he encontrado con muchos cambios y, desde mi personal y humilde opinión, muchos de ellos para bien.

            He paseado con mi silla de ruedas, para comprobar en primera persona y poder escribir con conocimiento de causa sobre la accesibilidad de las reformas hechas y no puedo estar más feliz y satisfecho. He visitado las rotondas de la intersección de la calle Joan Fuster con el camí de Sant Joan, la de la misma calle Joan Fuster con la calle Manuel Latur Doctor, la de la calle de La Mar con la calle Foramur, la plaza del Archiduque Carlos y alguna cosa más.

            Pues bien, en todas estas nuevas obras, los rebajes de las aceras son perfectos, todos cota cero (ni un centímetro de desnivel), lo que implica que con el mínimo esfuerzo, que es el único que un tetrapléjico como yo puede hacer, podemos cruzar solos sin ningún problema. Además, han puesto los puntos en relieve para los ciegos, lo que hace de Denia una ciudad mucho más inclusiva. Felicito al Ayuntamiento por todo esto.

            También agradezco al Ayuntamiento por arreglar su ascensor y colocar “por fin” el del Museo del Juguete. Han sido muchísimos años los que hemos tenido que esperar las personas con movilidad reducida para conocer un poquito más de la historia de Dénia. Esto era absolutamente inaceptable, además de ilegal. Señores políticos: miren atrás y piensen si han tenido algo que ver con algo tan injusto.

            Fantástica también la accesibilidad del nuevo Museo del Mar. Entrada plana, cuarto de baño adaptado, etc. Bien también iniciativas privadas como “Els Magazinos”, con sus dos entradas accesibles, ascensor para subir a las terrazas, cuarto de baño adaptado. Muy bien también el número de plazas de aparcamiento para personas con movilidad reducida. Por cierto, agradablemente sorprendido por el respeto de las personas que conducen por las citadas plazas reservadas, aunque siempre hay alguien que se lo pasa por el forro.

            Bien, hasta aquí todo lo bueno, que no está mal decirlo, y no solo criticar, criticar y criticar. Pero compruebo que, a pesar de las mejoras, aún queda mucho por hacer. Al igual que el año pasado, he recorrido con mi silla toda la calle del Marqués de Campo y, aunque se ha mejorado algo, aún quedan lugares sin acceso posible para nosotros. Y lo malo es que son lugares emblemáticos de esta preciosa calle.

            De los 89 locales analizados (bancos, tiendas, inmobiliarias, restaurante, heladerías, etc.), 68 están adaptados. Unos bien, otros menos bien, pero adaptados, al fin y al cabo. Lo triste es que pasan los años y algunos está claro que no están por la labor. Y a pesar de lo que me dijo el año pasado una vecina, me ampara la libertad de expresión para nombrar los que yo quiera.

            Señores del BBVA, son el único banco de toda esta calle, y hay unos cuantos, que tienen unos preciosos escalones para acceder a su sucursal. Ya les digo que ni uno solo de los pocos euros que tengo, estarán en su banco. ¿Puede haber helados más buenos que los de la heladería Verdú? Yo creo que no, pero si te toca un día con lluvia, o no tomas helado, o tomas helado, te mojas y te aguantas. Por último, El Comercio, la Tasca Eulalia y Bavaria. En verano todo genial, ¿pero, porqué en invierno no me puedo tomar un café en el interior si lo pago como el resto de las personas?

            No insistiré más, pero vuelo a recordar que esto es ilegal, pues están incumpliendo la Ley de Accesibilidad Universal vigente desde el 4 de diciembre de 2017. No escribo este artículo para que haya una inspección, no pienso presentar ninguna denuncia, pero me gustaría que, de una vez por todas, a los propietarios de estos negocios, y otros que no he nombrado, les remordiera un poco la conciencia y decidieran hacer las adaptaciones necesarias para que todos podamos disfrutar de estos lugares, primero por ética y segundo para cumplir la ley. Vuelvo a recordar que por muy tetrapléjico que sea, pago mis impuestos como todo el mundo, y, en consecuencia, creo tener el derecho de exigir todo lo expuesto anteriormente.

            No me extiendo más, aunque este tema daría para mucho, pero si quiero dejar claro que, como me recordó otro vecino el año pasado, Dénia no es solo la calle Campos, y hay muchos otros locales de todo tipo y repartidos por el resto de la ciudad donde sí se cumple la Ley de Accesibilidad y también muchos otros que, desgraciadamente, no lo hacen.

            Esperemos que se siga en la misma línea y más pronto que tarde todos podamos disfrutar de 

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