Los inconvenientes del Yoga
Por ILDE LEYDA (*)
“Por supuesto, cuanto más aprendemos a escuchar menos nos afectan las diferencias culturales porque nos hallamos más cerca del corazón, pero es un largo viaje y hasta entonces el este es el este y el oeste es el oeste”
(TKV Desikachar y Martyn Neal)
Todas las cosas tienen sus ventajas y sus inconvenientes. O al menos eso es lo que, desde muy niños, nos han enseñado y lo que, más tarde, nuestra experiencia en la vida parece corroborar.
El yoga, no obstante, no tiene ningún inconveniente, ninguna contraindicación, ningún efecto secundario negativo, pero sí infinidad de efectos secundarios positivos de mucho valor.
Si practicamos atenta, correctamente un poco, mejoraremos algo. Si practicamos atenta, correctamente más, sentiremos cómo vamos mejorando paulatinamente más. Y si nos lo proponemos y podemos llegar a practicar atenta, correcta, rigurosamente más aún, en ese caso experimentaremos una notable mejoría física y mental, un mayor equilibrio y fuerza en todos los aspectos que nos conforman, en nuestro día a día mucha mayor claridad, incluso nitidez. Así que todo es cuestión de empezar cuanto antes mejor.
Mucha gente acude al yoga un tanto tarde en busca de remedio cuando ya se encuentra mal o muy mal. Sin duda, con la ayuda de las técnicas yóguicas esa persona irá encontrándose, pasito a paso, mejor hasta que, a base de constancia, pueda finalmente superar su dolencia, su malestar o, al menos, paliarlo en gran medida. Pero lo que deberíamos tener bien claro es que el yoga también mejora (y mucho) lo que está bien o creemos que está bien. Pues el yoga siempre mejora, jamás entorpece ni empeora nada ni a nivel físico ni tampoco, por supuesto, a nivel psicológico/mental. Y se trata de un proceso de crecimiento personal que, una vez iniciado, no tiene final.
De ahí que, por todo lo anteriormente dicho en este artículo y en los cinco publicados en este periódico en semanas precedentes, no se acabe de entender por qué la mayoría de las personas no practican yoga o no lo practican con interés auténtico. Aunque también es bien cierto que un gran número de personas se pasan la vida haciendo, repitiendo incesantemente tantas cosas que saben perfectamente que no les sientan bien, que saben que les dañan incluso y, aun conociendo que eso es así, carecen de la fuerza mental suficiente como para cambiar esas situaciones viciadas, esos malos hábitos nocivos para ellos y para los demás, esas debilidades de carácter... El yoga persigue, a nivel mental, entre otras muchas metas, corregir, solucionar de manera plenamente fiable, rigurosa y definitiva todos esos obstáculos, todas esas ataduras.
Para ello hay que simplemente seguir estos pasos:
1.-Encontrar al profesor o profesora adecuado/a, a poder ser un auténtico maestro.
Quiero decir que en mis veinte años en el yoga he tenido mucha suerte en este sentido y más, obviamente, ya no se podía pedir: a principios de 2002 Cristina Sáenz de Ynestrillas, sin duda una de las mejores profesoras o maestras de Yoga que ha habido en España, me aceptó como alumno suyo. Y, ya tras la retirada de Cristina, desde 2019 prosigo mi formación con mi maestro actual, quien ha sido alumno directo del inconmensurable TKV Desikachar durante más de treinta años.
Y seguro que vosotros también vais a tener muy buena suerte en este campo. Ánimo, pues aseveran en Oriente que el maestro aparece cuando el alumno está preparado.
2.-Seguir de la mejor manera que nos resulte posible, con honesta actitud positiva, las indicaciones de nuestro profesor, ya que en palabras de TKV Desikachar: "Si las prácticas de Yoga no ayudan a eliminar los síntomas y las causas de nuestros problemas físicos y psíquicos serán de dudosa validez".
3.-Si damos correctamente los dos primeros pasos y los mantenemos con constancia durante un tiempo, aprenderemos y por nosotros mismos iremos experimentando los efectos beneficiosos del yoga en nuestra persona a muchos niveles, algunos de ellos totalmente insospechados. Y cuanto más le demos al yoga, más nos devolverá el yoga a nosotros.
Esa es la regla desde tiempos inmemoriales.
Si tiene cualquier duda o comentario puede enviar un mensaje a ildeyoga@gmail.com.
(*) Profesor de Yoga.