El interior despierta con una tímida reapertura de la hostelería

El interior despierta con una tímida reapertura de la hostelería
  29/05/2020

Los destinos menos poblados podrían beneficiarse por ofrecer una alternativa más dispersa y sin aglomeraciones

Catorce municipios de la comarca -todos de interior- han venido disfrutando en los últimos días de cierto alivio en la fase de desescalada por contar con una ratio inferior a los 100 habitantes por kilómetro cuadrado, medida de flexibilización que implementó el Gobierno Central para aquellas poblaciones con menos de 10.001 habitantes. Por ejemplo, se ha permitido a los negocios de restauración abrir sus espacios interiores -con aforos limitados- y se ha permitido la práctica de actividad deportiva sin restricciones horarios, pudiendo incluso en este caso superar el límite territorial de su municipio siempre que la distancia no exceda de los cinco kilómetros. Una estrategia que ha obedecido a razones socio-económicas para estos municipios con un perfil generalmente rural, de escasa población y que se les supone más vulnerables ante el cese de las actividades decretadas por el estado de alarma.

            En la comarca la medida ha obtenido distintas respuestas aunque la ligera ventaja en la desescalada apenas se ha percibido. En Vall d’Alcalà, por ejemplo, el municipio con menos población de la Marina Alta, apenas se ha dejado notar. Los cuatro bares permanecen cerrados y la población mantiene la misma incertidumbre y temores que durante el desconfinamiento. Quizás la expectativa ha mejorado un poco. “Empezamos a recibir algunas llamadas interesándose por reservar”, señala Pablo Martínez, el alcalde de Alcalà de la Jovada que regenta una casa rural en el centro del núcleo urbano, aunque todavía no ha abierto las puertas porque está con las adaptaciones a las normas sanitarias y de seguridad. “Seguramente vamos a alquilar los alojamientos con comida incluida en la misma habitación”, apunta Martínez. Mientras tanto, el ritmo en la Vall de Alcalà es el mismo: “paciencia y a esperar”. Hasta que haya libertad de desplazamientos y puedan llegar los visitantes de otros puntos, el municipio apenas va a ver alterado su ritmo, será el mismo que en el despoblado invierno. Además, la campaña de la recogida de cerezas se fue al traste por la lluvia, lo que hizo más efectivo y tranquilo este periodo de confinamiento.

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