Tambores para la inclusión
Mon Bloc afronta una nueva etapa con las miras puestas en ofrecer sus primeras actuaciones como batucada estable
Fue allá por 2019, hace apenas dos años, cuando Víctor Rodríguez, percusionista con un amplio bagaje profesional en temas sociales, puso en marcha la idea de crear un grupo de percusión afrobrasileña en Dénia. Mon Bloc, como lo llamó, no sería una batucada común. Sería un grupo heterogéneo, un espacio donde romper tabúes y etiquetas en el que tendrían cabida todo tipo de personas, también aquellas con alguna diversidad funcional. La idea cuajó, arrancaron los primeros talleres y llegó la implicación de entidades públicas y privadas. Hubo contratiempos que superar y que alargaron el proceso, sobre todo los derivados de la situación de pandemia, pero a día de hoy el grupo se ha consolidado y prepara el regreso a los tambores en septiembre. La ilusión está ahora puesta en mantener esa estabilidad alcanzada y actuar en público. Al menos eso es lo que espera su director, quien está convencido de que se pueden crear sinergias muy interesantes con otros colectivos que permitan, por ejemplo, tener un grupo de baile asociado. ¿Por qué no? Si hay ganas, todo es posible.
Para Víctor Rodríguez, trabajar con personas con diversidad funcional no es ningún problema. “Todos somos diversos y tenemos nuestras cosas”, responde, “y no, no es difícil encajar unos con otros”. Por eso Mon Bloc está abierto a todo tipo de colectivos, familias y personas que quieran relacionarse, les guste la percusión y quieran ser partícipes de un proyecto común. “No se precisa ser percusionista profesional ni leer partituras para tocar en una batucada, no implica una formación previa”, explica, “hay que tener ganas”. Con una trayectoria musical amplia y más de 20 años de trabajo en el área social -menores, diversidad funcional, recursos residenciales, viviendas tuteladas-, se planteó al llegar a Dénia dar continuidad a lo que hacía en Granada, donde residió durante muchos años. Allí fue profesor de la Asociación Cultural Sambiosis y trabajó durante varios años con grupos de percusión heterogéneos. Aquí trabaja en una empresa de atención a la dependencia y, como eso de la música le tira, se ha propuesto lograr que Dénia tenga su propia batucada.
Con una aportación del Rotary Club se impartieron los primeros talleres en 2019. Hubo dos sesiones para cada una de las asociaciones con diversidad funcional que participaron y también para el colegio Raquel Payá. Llegaron las primeras muestras de interés por sumarse a su particular apuesta y se puso manos a la obra para consolidar el grupo. En esta segunda fase, ya en 2020, Mon Bloc recibió uno de los premios Impulsa Cultura de la Fundación Salom Sabar para impartir otros 12 talleres. El compromiso, en cuanto a la temporalidad, se vio afectado por el virus, “que no alteró las ganas de tocar y de hacer grupo”, precisa. Se contaba también con la implicación del Ayuntamiento de Dénia, que había cedido un espacio de Juventud en Llunàtics para los ensayos. Al final, se pudieron impartir todos los talleres comprometidos y se consiguió el objetivo perseguido, afirma el director del grupo: más de 35 personas han mostrado interés y alrededor de 30 han participado de manera continua en los ensayos. Eso sí, divididos en dos grupos para cumplir con el protocolo sanitario y las medidas de seguridad del covid.
Solo quedó una cosa pendiente, la exhibición de fin de curso que se ha dejado para septiembre. Se abrirá entonces una tercera fase en este proceso de consolidación. “Queremos crear un grupo estable, tener un lugar fijo para los ensayos y para guardar el material, conseguir que las clases no sean tan espaciadas”, explica Víctor, “que tengan periodicidad semanal o quincenal y capacitar a alguno de los participantes para que pueda ejercer también como monitor”. Entusiasmo no les falta, “porque nos ha llamado gente interesada de toda la comarca e incluso nos han ofrecido apoyo, por ejemplo, desde La Xara”.
El suyo es un proyecto ambicioso que pasa también por conseguir que Dénia tenga una escuela de batucada, por participar en el encuentro de batucadas inclusivas de Granada o por integrarse en el Bloco Suca (Sumando Capacidades), una red de grupos de percusión inclusiva a nivel nacional. De momento, con la idea de integrarse en una propuesta más ambiciosa en proceso de gestación denominada Xarxia -con objetivos medioambientales y artístico culturales-, Mon Bloc se erige como una herramienta para la inclusión capaz de conectar actores públicos y privados y crear nuevas sinergias, nuevas conexiones, entre colectivos distintos.
CONSISTENTE Y PARA TODO EL MUNDO
Que la batucada lleve el nombre de Mon Bloc no es casualidad. Todo tiene su porqué. Mon de Montgó, a la sombra del cual se gesta el proyecto; de mundo (món en valenciano) y también de algo que se siente como propio (mío). La palabra Bloc va ligada estrechamente al bloco de la batucada brasileña (el conjunto de músicos que se mueven y tocan todos a una) y hace referencia también a algo fuerte, compacto, consistente.
Ha empezado a rodar con material propio, dieciséis tambores que el director adquirió hace un tiempo, una inversión previa por la que no espera reembolso y que responde más bien a “una inquietud personal”. Tiene también su propio logo, diseñado por Nina Llorens, que también se ha acercado al grupo. Sus integrantes lucen unas bonitas camisetas con él estampado. Hasta ahora funciona con aportaciones de colaboradores y asociaciones y la idea es mantenerlo con financiación externa, siguiendo la fórmula de una colaboración público-privada, si bien muchos de sus integrantes se han mostrado dispuestos a hacer alguna aportación. Víctor agradece la implicación de las entidades del ámbito social que han respaldado la actividad, como Amadem, Ludai, Condenados al Bordillo, TDAH Dénia y AFIMA, así como la empresa Integrament S.L para la atención a la dependencia en salud mental, el Rotary Club, ImpresionArte o el Bar Noray, que han colaborado de forma altruista.
De momento no se cobra por participar en los talleres. Solo te pedirán “compromiso, que cuides el tambor y que te compres unas rodilleras para apoyarlo”.