El maquillaje hecho arte

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  13/03/2022

El arte del maquillaje o el maquillaje hecho arte. Tanto monta, monta tanto. La creatividad es la generación o puesta en relación de ideas originales y potencialmente útiles en cualquier campo. Hay quien pinta un cuadro, otros escriben un poema o crean una escultura. Patricia Cabrera, de Benissa, ha elegido el maquillaje para expresarse, para plasmar en cuerpos con vida lo que lleva dentro. “No sé si sería capaz de pintar un lienzo pero, en todo caso, no es lo mismo. He elegido esta vía porque noto que hay una interconexión, una sinergia que me inspira y saca lo mejor de mí”, asegura. En algunas de sus creaciones de body painting, o lo que es lo mismo, pintura corporal, ha experimentado sensaciones que no esperaba vivir.

            Un tanto de lo mismo le ocurre con sus maquillajes de fantasía, en los que su creatividad se manifiesta en variadas combinaciones de colores, tonalidades, formas y figuras. Ella misma hace de modelo y expone sus propuestas a través de las redes sociales, en Instagram. Patricia lleva años colaborando con la filà Corsàries y se encarga de pintar a todas las chicas antes de salir al desfile de gala de los moros i cristians. A esta faceta de fantasía y de efectos especiales une también el maquillaje social y son muchas las novias que confían en ella para lucir bien guapas el día de su boda.

            Ella se define como una freelance de una vocación o pasión convertida en profesión. Lleva ya 17 años en este mundo nada fácil y muy competitivo. Por eso, según apunta, “soy muy inquieta, desde niña, y me gusta aprender y experimentar de todo. Por eso toco todas las teclas que el mundo del maquillaje te ofrece”. Hace también maquillaje editorial para anuncios de publicidad o de moda, peluquería de plató y colabora con productoras de video y cine de Pedreguer y de Benissa. Y ha hecho trabajos de belly painting, pinturas en las barrigas de las mujeres embarazadas. Las matronas consideran que es una terapia alternativa sensorial muy positiva, tanto para la mamá como para el bebé. Al dibujar la tripita, la mamá siente mucho placer, se relaja y su bebé comienza a moverse al compás de las caricias del pincel, conectando directamente con su mamá.

            Su sueño es dar a conocer su trabajo y que suene la flauta en forma de un cazatalentos que la introduzca en el mundo del cine y el teatro. El maquillaje y la peluquería son reconocidos y tienen su premio tanto en los Goya como en los Óscars. Por algo será, ¿no? Patricia tiene claro que tendría muchas más opciones si estuviera afincada en Madrid o Barcelona “pero de momento, no puede ser porque quiero criar a mi hija en Benissa”. Nada que objetar y es una razón de mucho peso.

 

HACER LO QUE LE GUSTA

 

            Poca gente –o no mucha, por generalizar- puede decir que trabaja en lo que realmente le gusta. Ella es una de las afortunadas y tiene muy claro que “estoy donde quiero estar y mi mundo es éste”. La suya es una historia con matices que, afortunadamente, le han llevado por el camino correcto. Patricia estudió empresariales con vistas a ganarse la vida con los números, como su padre. Pero le gustaba desde siempre dibujar y la alternativa era Bellas Artes. Una vez acabada la carrera, marchó a Irlanda para aprender inglés y allí cambió su vida.

            Una compañera le abrió los ojos –sin darse cuenta- y la animó a hacer realidad su vocación. Sin pensarlo mucho puso rumbo a Roma para estudiar en el Studio 13, un centro especializado en maquillaje de cine, teatro y televisión. “Estuve un año y, la verdad, me llenaba tanto que di un giro total a mi vida y me dedique de lleno a esto”. Ya no podía parar y necesitaba más y más. El siguiente destino fue Barcelona, en el Sitck Art Studio, para aprender más sobre maquillaje de fantasía, moda y técnicas videográficas. Ha realizado también cursos on line con gente experta de los Estados Unidos y está siempre atenta a las novedades y nuevas ideas.

            Una de sus mejores experiencias, recuerda, la pasó en Londres, en el Start Login Space. Allí conoció a Don Lavigne, uno de sus referentes en el mundo de las esculturas y moldes que luego se convierten en personajes de cine. Patricia presentó en el curso una de sus creaciones, Fortune Teler, la Adivina, de la que se siente más orgullosa.

            Todos tenemos derecho a soñar y ¿por qué no puede acabar Patricia Cabrera como jefa de maquillaje en una película o serie? Talento tiene. Tiempo al tiempo.

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