Recomendaciones para que el verano no pase factura a nuestra piel

Recomendaciones para que el verano no pase factura a nuestra piel
  02/09/2019

INÉS ROIG (*)

 

Los cambios ambientales y de temperatura, la humedad o el cloro son algunas de las amenazas a las que se enfrenta el cuerpo durante la época estival. ¿Cómo hacerles frente?

            La piel si bien debe cuidarse durante todo el año, al llegar el verano es cuando más precauciones deben tomarse. La regla básica es la protección y la hidratación, pero también hay que cuidarla con la alimentación, a través de dietas ricas en antioxidantes o mediante el uso de complementos alimenticios.

            Durante esta época, las normas de cuidado habituales suelen verse alteradas por los viajes, dando lugar a una piel más deshidratada por el efecto del agua del mar, el cloro, el viento e incluso la arena. Estas alteraciones tienen efectos nocivos, como fotoenvejecimiento, manchas, sequedad, deshidratación y un desgaste general.

            Recomendaciones para mantener una piel radiante y combatir las principales agresiones externas durante la época estival:

            - Sol: Los efectos dañinos de los rayos solares en la piel son provocados por las radiaciones UVB y UVA que aceleran el envejecimiento y pueden dar lugar a quemaduras. Para evitarlas, se deben utilizar a diario, fotoprotectores. Deben aplicarse entre 20 y 30 minutos antes de la exposición solar y repetir cada dos horas o al salir del agua. Además, es fundamental evitar la luz solar en las horas centrales del día (entre las 10 y las 16 horas), ya que la radiación de rayos ultravioletas es más elevada.

            - Cambios de temperatura: Las elevadas temperaturas propias del verano producen un incremento en la sudoración que contrasta con la sequedad provocada por el cambio de temperatura al exponerse, por ejemplo, al aire acondicionado. Para combatirlo aplicar cremas y sérums, por la mañana y por la noche, en especial tras la exposición solar.

            - Cloro y sal: Ambos presentes en el agua de la piscina o la playa y responsables de la sequedad de la piel en verano pudiendo favorecer la aparición de erupciones cutáneas. La solución está en la limpieza y la hidratación: tomar una ducha después del baño para mantener la piel lo más limpia posible, la exfoliación y utilizar productos naturales nutritivos, no grasos y con antioxidantes acordes con el tipo de piel.

            - Contaminación atmosférica: Como consecuencia de las altas temperaturas y las condiciones climatológicas propias de esta época, la contaminación ambiental se incrementa y puede afectar a la piel, aumentando la generación de radicales libres que favorecen la aparición de arrugas y reduciendo los niveles de vitamina E y C. Para evitarlo, lo ideal es utilizar un jabón neutro y exfoliar la piel para retirar cualquier impureza en los poros.

            - Viajes en avión: Viajar en este medio de transporte puede suponer también una amenaza para la piel por los bajos niveles de humedad, el cambio en la presión atmosférica y los rayos solares, llegando a reducirse hasta un 20% la hidratación de la piel. Para que esta sufra lo menos posible se debe aplicar una crema con factor de protección, así como una hidratante en todo el cuerpo.

 

(*) Farmacia Las Marinas.

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