“Sin dejar de estar tristes por la pandemia, somos felices”

  • “Sin dejar de estar tristes por la pandemia, somos felices”
  • “Sin dejar de estar tristes por la pandemia, somos felices”
  06/06/2020

A José María Gallud la pandemia le ha permitido descubrir su vocación: la pintura. Dice haberse adaptado bien a las nuevas circunstancias. Le ha ayudado la fe (es cristiano evangélico protestante) y las dos reuniones semanales de la Iglesia por videoconferencia. Eso sí, “no es lo mismo, el calor humano, tener alguien al lado, las preguntas directas… eso es otra cosa”. Con la gimnasia, la televisión y la pintura no ha tenido tiempo de aburrirse. Y si hubiese sabido cómo se estaba de bien en la residencia (solo lleva nueve meses) “hubiese venido antes”.

            En el centro ha habido tiempo para cuidar el gallinero y el huerto, mimar las plantas o hacer manualidades. Que se lo pregunten a Tonica Orozco, que presume de tener el balcón más bonito de toda la residencia. “Estamos tristes por la pandemia, pero distraídos y felices”, asegura. El ganchillo, las flores y las plantas la entretienen. Durante el encierro forzoso ha hecho muchos trabajos manuales, como los broches con corazones de goma eva a los que ha puesto un lacito negro en señal de duelo por las víctimas del coronavirus. Pero no solo eso, también arcoíris y unos bonitos atrapasueños que lucen en el recinto. Echa de menos ir a Dénia y ver a alguna amiga para charlar, “porque a mí me gusta mucho hablar”. Y cómo no, también a la familia y los abrazos de las nietas. “Tengo un peluche en la habitación y le hablo, también a mis plantas y mis flores, y así me hago el ánimo”, nos cuenta. “Sé que tardaré a verlas”, añade. Pero sabe que ese día está más cerca, que pronto la pequeña le volverá a decir: “yaya, te veo más chiquitina”. Y ella le responderá, “es que los años me hacen pequeña”.

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