Sonidos del mar para crear ciudadanos

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  26/09/2024
Ferran Naya: “Nadie puede querer una cosa que no conoce y hay que explicarla bien para formar personas”

El proyecto educativo del Instituto Sorts de la Mar de Dénia gira alrededor del patio o, como ellos dicen, de su jardín. Y tanto porque, de hecho, el proyecto del Jardín Cultural y Sostenible ha sido reconocido tanto por la Consellería de Educación, Cultura, Universidades y Ocupación como por el Ministerio de Educación, que el año pasado le otorgó un premio como modelo de buenas prácticas. Son dos reconocimientos académicos que, además, tienen aparejada una recompensa en metálico que se aprovecha para poner en marcha nuevas ideas formativas a fin de que el jardín sea cada vez más grande.

La comunidad educativa de Sorts de la Mar está ahora desarrollando un nuevo proyecto de innovación e inclusión educativa llamado Sonidos del Mar. Esta nueva línea de trabajo versará sobre todo aquello ligado con las tradiciones, la música, el teatro, etc. Y también tiene relación con el periodismo y los medios de comunicación porque en el centro disponen de una emisora de radio. El objetivo final es tener un fondo documental con sonidos e imágenes y, por eso, en un par de años estará terminado un cortometraje. La directora del instituto, Isabel Monserrat, dice que “nuestra idea es poner en valor toda la temática etnológica que tenemos en nuestra ciudad y que los niños la conozcan”.

            Uno de los primeros episodios del corto estará dedicado a la escaldà de la uva de moscatel para hacer pasa y la semana pasada se grabaron las primeras imágenes. Este año ha habido poca uva a causa de la sequía pero en Sorts de la Mar se han hecho tres escaldàs gracias a la ayuda de agentes externos como por ejemplo Mara Bañó, de la Bodega Las Huevas, que ha proporcionado la uva necesaria. Al jardín hay una línea de cepas plantadas y, si todo va bien, el año que viene ya harán uva para hacer la escaldà. También estaban en el centro las llateres de Jesús Pobre para que el alumnado conociera como se hacían antes las bolsos. Además, durante esta semana se han hecho cocas al horno y otros productos gastronómicos.

            Y, dentro del proyecto del Jardín Cultural y Sostenible que actúa como elemento vertebrador, Monserrat avanza que harán un nuevo Erasmus sobre patrimonio y gastronomía. De hecho, ya se ha firmado un convenio de hermanamiento con la localidad italiana de Gragmano, en la provincia de Nápoles, en la Campania, conocida en toda Europa y en ell mundo como la Ciudad de la Pasta.

            La escaldà no se hace todos los días y el colegio Port de Xàbia ha aprovechado el momento para visitar el Sort de la Mar y conocer en vivo y en directo como es el proceso de transformación de la uva de moscatel a pasa. Lluís Silvestre impartió el año pasado un taller sobre la pasa y “ahora teníamos la excusa perfecta porque el alumnado vea como se hace”, dice la directora de la escuela, Isabel Moreno. El alumnado del Tercer Ciclo, las clases de quinto y sexto, se desplazaron a Dénia “porque tenían muchas ganas de conocer como se hace una escaldà. Muchos de ellos no tienen ni idea o tienen muy pocas referencias de los padres o los abuelos”, comenta Moreno. En el Port de Xàbia hacen un proyecto de cocina de kilómetro cero, de productos de proximidad que tiene mucho que ver con el territorio y las tradiciones. Además, desarrollan también una actividad, de la mano de la Universidad de Alicante, de investigación e investigación donde se trabajan las tradiciones culinarias y gastronómicas en aquello que tiene que ver con la salud y la sostenibilidad.

 

UN JARDÍN HISTÓRICO

 

“El jardín es nuestra oportunidad”, así de claro. Y lo dice Ferran Naya, profesor de Ciencias Sociales y uno de los creadores del Jardín Cultural y Sostenible de Sorts de la Mar. Un jardín histórico a través del cual se explica cómo era la Dénia de los bosques de carrascas y de los bosques del borde de los ríos en la época prehistórica. Hay otra área que es un campo romano con olivos, uva y más adelante tendrá trigo. Y también un campo islámico con cultivos que llevaron a nuestras tierras. Naya dice que “enseñar a los alumnos el que antes parecía una obviedad es muy importante, es decir, tienen que tener referentes”. Saber de dónde venimos para saber quién somos, cuando menos.

            Naya considera que “la función del sistema educativo es crear ciudadanos porque esto significa arraigar a esa persona en el lugar donde vive”. Y tanto porque, de hecho, el 40% de la población de la Dénia de hoy es nacida fuera. “Es una responsabilidad del sistema educativo intentar arraigar a la gente porque, si se siente arraigada, trabaja para ese lugar y no solo para él mismo, es decir, hace grande ese lugar o, al menos, intenta que se viva mejor. Es una función que se llama sociabilización”, concluye el profesor.

            La respuesta del alumnado ante todos estos temas es, de primeras, de desconocimiento “pero no son culpables de nada, son inocentes y tenemos que dar una solución porque nadie puede querer una cosa que no conoce y se trata de formar personas”, en palabras de Naya.

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