Una valenciana de Chulilla en la Marina Alta

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  30/07/2022

 

El laboratorio viviente Villa San José impulsa la recuperación de especies y variedades agrarias

 

Solo hay una raza valenciana de gallina reconocida y catalogada por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Es la gallina de Chulilla, una gallina autóctona de la Comunidad Valenciana que se encuentra en peligro de extinción. Desde hace unos años, el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) y otras entidades trabajan por la recuperación de la raza. También en casa nuestra, en la Marina Alta, se ha puesto en marcha un proyecto para promover la cría de esta gallina de corral e incrementar su censo en los gallineros de la comarca. Se hace a través del Living Lab Villa San José. Para entendernos, un laboratorio de experimentación viviente que pretende, entre otras cosas, impulsar la recuperación de especies y variedades agrarias. 

El Living Lab, una figura diseñada por la Unión Europea para fomentar una innovación más participativa, consiste en un banco de pruebas reales y uno en torno a experimentación donde los usuarios y los productores pueden poner en marcha nuevas iniciativas. El Villa San José ha sido creado por la Red Agrícola de la Marina Alta y la empresa Hemac Tierra, dedicada a la agricultura sostenible. Sus cimientos son la aplicación de un sistema de agricultura regenerativa captadora de carbono y la recuperación y fomento de especies y variedades agrarias de interés para la región mediterránea. Servirá también en un futuro de centro de educación ambiental y de compartición de información. Al menos así lo contemplan las dos entidades que han firmado un convenio para darle vida.

El primer paso ha sido poner en marcha el proyecto de cría de la gallina de Chulilla. El IVIA ha cedido al proyecto 16 huevos fecundados para incubadora y 4 pollitos con la idea de producir huevos fértiles y pollitos para ser distribuidos entre los ganaderos y ganaderas de la comarca.

La gallina de Chulilla es de gran interés por su valor gastronómico y por su resistencia a enfermedades. Con los años, y por aquello del rendimiento económico, ha sido desplazada por otras razas de crecimiento más rápido y que ponen más huevos. Con su reintroducción, no solo se pretende salvar la especie sino también recuperar los sabores tradicionales de nuestra rica gastronomía. Es la única de raza valenciana reconocida oficialmente, que no conocida. También se conocen por ejemplo la autóctona alicantina -de la cual ya hablamos en otro artículo tiempo atrás a CANFALI MARINA ALTA- y la de cinco dedos. 

La que hoy nos ocupa es una gallina de plumas negras que tiene el cuello y el dorso plateado y un pecho prominente. La mayoría de los ejemplares se conservan en el municipio de Chulilla, en la comarca de los Serranos, a pesar de que también se localizan en otros lugares de las tierras valencianas. Se crían así mismo en comarcas limítrofes de Cuenca y, en menor medida, en Guadalajara y Teruel. Ponen una media de 150 huevos en el año.

Todas aquellas personas que reciben algún ejemplar criado en el marco del Living Lab Villa San José recibirán un certificado de autenticidad por parte de la Red Agrícola. Se comprometerán, eso sí, a no cruzar esas gallinas con otras razas para mantener la certificación.

La recuperación de la gallina de Chulilla es solo una de las actuaciones enmarcadas en este laboratorio viviente. Los impulsores se plantean introducir alguno otro tipo de gallina e incluso ovejas autóctonas. La idea es convertir la finca, situada muy cerca de Dénia, en un jardín agroforestal, donde convivirían los árboles fruitals y las plantas creando un ecosistema en equilibrio. La finca se destinará al autoconsumo y servirá también de ejemplo para otros propietarios que quieran hacer algo pareciendo en los suyas terrenos. 

El principal objetivo de los Living Labs impulsados por la Unión Europea es la creación de nuevos productos, servicios e infraestructuras adecuados a las necesidades reales de la sociedad y del territorio, donde intervienen tanto col•lectivos públicos como privados. Se basan en cuatro actividades principales: explorar, experimentar, crear y evaluar. Enmarcadas en estas cuatro premisas, se pueden desarrollar varias actividades, prototipos de innovación que tienen como finalidad última mejorar el bienestar ciudadano y que tendrán una efectividad real y probada. El Villa San José se plantea a largo plazo como un tipo de centro de educación ambiental donde se organizarán visitas y actividades.

La Red Agrícola Marina Alta, un proyecto del Creama vinculado el sector agrario, se erige como una plataforma comarcal con el objetivo de revitalizar el sector agrícola de la Marina Alta, creando un tejido entre los actores del sector agrario e interrelacionando los diferentes recursos de la comarca. Es un proyecto de ámbito comarcal en el cual lo Creama sustenta la secretaria técnica y se engloba dentro del programa Avalamos Territorio, subvencionado por la Generalitat Valenciana a través de LABORA y por el Ministerio de Trabajo y Economía Social. A nivel interno, este se enmarca dentro del PACTO’MI, el Acuerdo Comarcal en materia de Ocupación y Desarrollo Local de la Marina Alta, del cual actualmente forman parte 32 Ayuntamientos y también 13 entidades publicas y privadas.

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