El gobierno de Calp considera “innecesario” el pleno sobre el incendio de agosto, y el PP advierte que habrán más porque “es la mejor forma de informar a los ciudadanos”
Si no quieres sopas, pues dos tazas. El equipo de gobierno de Calp afeó al grupo de la oposición del PP su decisión de convocar un pleno extraordinario para abordar una serie de puntos en torno al incendio que provocó el disparo del castillo de fuegos artificiales y que afectó al entorno de los Baños de la Reina. La respuesta de los populares fue contundente: habrán más plenos de carácter extraordinario y monográficos como ocurre en otras instituciones supramunicipales porque “consideramos que es la mejor manera de informar a los ciudadanos”, según afirmó el portavoz del grupo municipal, César Sánchez.
El pleno puso una vez más sobre la escena política la tirantez entre gobierno y oposición. La alcaldesa, Ana Sala, quien anunció la renuncia de los miembros del gobierno a las dietas de este pleno -que, según estimó, podría suponer un gasto de hasta 8.000 euros-, advirtió que la información respecto del incendio ya se habían dado en tiempo y forma.
En el mismo término se expresó el portavoz de Compromís, Ximo Perles, quien resaltó la “falta de pericia” de la oposición al pedir la información por un pleno extraordinario. “Solo tenían que pedir la información por otros cauces, y no habría sido necesario venir aqui”, matizó.
Formalismos al margen, Sánchez insistió en que el pleno era necesario “para reflexionar sobre seguridad, y mejor hablar en este pleno de este tema que no sobre otras desgracias”. El líder popular propuso que se contemple la posibilidad de lanzar el castillo de fuegos artificiales el próximo año desde una plataforma acuática, la única medida que fue bien atendida por el ejecutivo. También pidió un plan de emergencias para los Baños de la Reina.
Sánchez alertó que el incendio de agosto podía haber derivado en serias desgracias, porque había un millar de personas -la mayoría niños- a menos de 50 metros de distancia. El comentario fue respondido por el gobierno como de “desafortunado” y “gran mentira”, porque tal riesgo no existió ya que el público estuvo a bastante más distancia.