Cuidado con las alturas

  31/05/2013

??INÉS ROIG (*)

Los zapatos con tacones de vértigo están muy de moda, pero subirse a ellos y andar demasiado tiempo puede provocar serios problemas.
 Las famosas han hecho de los tacones de vértigo una de sus principales señas de identidad, abusando durante años de subirse a los tacones. Es cierto. Estilizan mucho la pierna y el cuerpo pero utilizarlos en exceso puede traer problemas de salud. Y no solo en los pies. También afecta a la columna, las rodillas y la movilidad. En definitiva, desestabilizaciones funcionales que pueden llegar a ser muy serias. Los especialistas no se cansan de repetirlo, no hay que abusar de zapatos demasiado altos ni tampoco de los completamente planos, pero sus consejos caen a veces en saco roto.
 ¿Hay que erradicar los tacones? Pues sí, al menos para el día a día. Los muy altos pueden utilizarse, claro, pero sólo para determinadas ocasiones.
 ¿Que efectos físicos provocan los tacones excesivos? Pues graves disfunciones. De una parte dificultan o anulan la cadencia del paso (tacón, planta, punta). Además, la rodilla no se extiende completamente, la zona lumbar se hunde, a la vez que altera la distribución normal de cargas: en un pie descalzo el peso del cuerpo se reparte armónicamente desde el tobillo hacia el talón y hacia el antepié, en donde se distribuye hasta el suelo. Y ese problema aumenta a medida que sumamos más altura de tacón. En los casos de tacones extremos casi el 100% de las cargas van a la parte delantera del pie en donde se provocará una grave disfunción, tanto estática como dinámica apareciendo el dolor.
 El primer síntoma de la sobrecarga es la aparición de la callosidad. Otros problemas que pueden aparecer tras el uso continuado de los tacones son la variación de la longitud de los gemelos e incluso reducir la flexibilidad del tendón de Aquiles. Las consecuencias pueden ser variadas, desde molestias y dolor hasta mayor facilidad para lesionarse, así como fatiga. Pero no solo los músculos pueden verse afectados, sino que las articulaciones, y de manera más específica las rodillas, también pueden sufrir las consecuencias del uso de los tacones. Quien usa tacones de manea habitual tiene un riesgo mayor a sufrir dolor y degeneración de la articulación de la rodilla así como osteoartritis.
 El gran problema es que los tacones excesivos han dejado de ser una excentricidad para imponerse con total normalidad.
 Según los especialistas, la salud de los pies empieza por la higiene y un buen calado. El más adecuado es aquel de horma ancha, flexible y con discreto tacón de 2-3 cm. Siempre que exista una callosidad en el pie es signo de una zona de sobrecarga o apoyo excesivo; en estos casos son aconsejables las plantillas hechas a medida y siempre bajo prescripción de un médico especializado.
 Pero también hay que llevar cuidado con un calzado completamente plano, ya que es igual de perjudicial, los gemelos y el tendón de Aquiles suelen acortarse, causando dolores en las pantorrillas, en la columna, en la zona lumbar y, en ocasiones, en la parte posterior del pie.
 Lo ideal, pero no al alcance de cualquiera, sería la personalización de los zapatos: adaptar la horma, la altura del empeine, la del tacón y los contrafuertes a las características de cada pie.

(*) Farmacéutica

 

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