El centro histórico de la localidad cambió de fisonomía durante unos días. Pasear por sus calles era descubrir un auténtico zoco medieval. La ruta incluía desde talla de cristales y paseos a lomos de burros hasta manzana caramelizadas. Se podían comprar colgantes de piedra esculpida a mano y cinturones de piel encurtida en algunos de los ochenta puestos de venta. Más de una treintena de tiendas llegaron de fuera y otras veinte eran de comerciantes locales. Además, el mercado contó también con la participación de 24 asociaciones calpinas que se sumaron a esta iniciativa.
El Mercado de Navidad se celebró del 8 al 11 de diciembre en las calles Llibertat, Santísimo Cristo y Mayor y las plazas de la Iglesia y del Beato Sendra. Además de los puestos de venta, no faltaron las animaciones en plena calle, atracciones, bailes, música, etc. Este año se ha incluido, como novedad, una ruta de belenes y un concurso de dioramas que se pueden visitar en la Casa de Cultura.