La llegada de los temidos piojos
??INÉS ROIG (*)
Los piojos son insectos que chupan la sangre, ponen huevos llamados liendres y son visibles a simple vista, aunque debido a su gran movilidad a veces es difícil localizarlos y es más sencillo encontrar las liendres que aparecen fuertemente adheridos a la base del cabello y son de un color blanquecino, más numerosas que los adultos y huyen de la luz.
Es importante evitar los mitos acerca de los piojos, porque aparecen independientemente de la longitud del cabello, el nivel socioeconómico o cultural, la edad o el sexo, pero son los niños en edad escolar los de más riesgo.
Suelen vivir entre 35 y 40 días, pero destaca su gran capacidad de reproducción. Los piojos no saltan ni vuelan pero se desplazan con gran agilidad y rapidez, quedándose fijados al cabello. Suelen alojarse en la nuca y detrás de las orejas.
La principal sintomatología es el picor intenso, producido por la reacción del cuerpo a la saliva del insecto que deja en cada mordisco. El picor puede tardar unos días en aparecer, cuando la infestación es severa.
Para evitar contagios, es recomendable llevar el pelo corto, recogido y a ser posible mantener la nuca despejada. Si el colegio avisa de un brote de piojos, hay que revisar el cabello, una vez húmedo, con una liendrera como mínimo una vez a la semana. Es importante lavar el pelo con frecuencia, peinarlo a diario, revisarlo periódicamente y limpiar de forma adecuada peines, cepillos y accesorios.
Solamente deben tratarse infestaciones en las que haya piojos adultos. Existen diferentes tipos de productos, según la sustancia utilizada y la forma, bien sea champú, loción, spray, gel-crema o espuma.
El producto debe aplicarse con el cabello seco, para lavarlo a las 2-4 horas con un champú normal o pediculicida. Solo deben usarse en personas con pediculosis. No son tratamientos preventivos, ya que pueden ocasionar resistencias. No es recomendable el uso indiscriminado de estos productos en niños.
Debe peinarse el pelo con una liendrera para, posteriormente y con el cabello bien desenredado, peinar por pequeños mechones de la raíz a las puntas, con el objetivo de arrastrar las liendres. Este es el único sistema de tratamiento para los niños menores de seis meses.
El tratamiento debe repetirse a los 7-10 días, ya que es el periodo en que crecerían las liendres que no han sido eliminadas correctamente.
Es necesario desparasitar peines y adornos del pelo, sumergiéndolos en agua con producto pediculicida durante 10 minutos y agitándolo constantemente. Las toallas y la ropa de cama deben lavarse en agua caliente (60ºC) y, a ser posible, debe usarse secadora y la plancha de vapor. Aquello que no pueda lavarse, es necesario aislarlo en una bolsa de plástico durante varios días. Igualmente, es importante aspirar en profundidad el dormitorio y las tapicerías.
Fallos que provocan su reaparición.
Una inadecuada aplicación del producto, por no haber estado el tiempo suficiente en el cabello o porque la concentración alcanzada no es la adecuada.
Un error en la segunda aplicación. Como ningún producto elimina la totalidad de las liendres, debe repetirse el proceso al cabo de 7-10 días para evitar la reinfestación.
Reinfestación por un nuevo contagio.
Aparición de resistencias al producto empleado. Por eso es tan importante aplicar sólo estos productos cuando sea necesario. Asimismo, debe evitarse el uso combinado de diferentes sustancias en un mismo tratamiento, ya que puede aumentar la toxicidad de los productos y las resistencias.
(*) Farmacéutica