La Seniola celebra sus cincuenta años al servicio de la construcción de Xàbia y la comarca

La empresa, que arrancó construyendo unidades de bloques de hormigón, es hoy un modelo de negocio local interfamiliar en el que prima el compromiso y dedicación

Emprender entre los sesenta y setenta en un municipio como Xàbia nada tiene que ver con hacerlo en los tiempos que corren. Los recursos eran muchos más limitados, y los procesos más rudimentarios: la tecnología, ni estaba y ni se la esperaba -al menos en las proporciones actuales-, las comunicaciones no tenían el alcance de nuestros tiempos, y el revenue management era aún un fenómeno desconocido.

Tocaba recurrir al ingenio, al compañerismo y a la empatía, cuando un grupo de seis profesionales de la construcción decidieron unirse para levantar una empresa de construcción de bloques de hormigón, a mitades de los sesenta. Celestino Ern, Juan Ern, José Ern, Rafael Bisquert, Antonio Bas y Rafael Buigues emprendieron aquel proyecto que desde sus orígenes, desde su sede en la Partida Seniola -a la izquierda según se entra a Xàbia-, adquirió el sello de familiar. Todavía hoy conserva ese espíritu, como una de las claves de sus éxitos y supervivencias.

En aquel entonces los bloques de hormigón se gestaban de uno en uno, en unos moldes creados para ese mismo fin. “Bloque que se hacía, bloque que se vendía”, recuerda Antonio Buigues, el actual gerente, hijo de uno de los fundarores. 

La factoría se trasladó a principios de los setenta a la partida Riba -su sede actual-, y los bloques empezaron a construirse de diez en diez. Se incorporaron otros medios como carros y bandejas que facilitaban el manejo de las piezas, y las biguetas de hormigón se sumaron a la producción. Además, la empresa adquirió un vehículo de transporte marca Alfa Romeo, sin marcha atrás, que constituyó todo un avance y un “lujo”, según recuerda Buigues.

En los noventa se dejó de fabricar, para centrarse en la compra venta y almacén de todo tipo de material de construcción. Hoy son más de 5.000 referencias entre las que rastrear para encontrar el mejor producto para el cliente.

La empresa soporta hoy más de medio siglo a sus espaldas con mucho orgullo por los éxitos alcanzados, pero también por cómo se han superado los obstáculos con los que se han cruzado en estas décadas. La clave, según exaltó Buigues, reside en el “compromiso” y la “dedicación” del equipo humano, de la gran familia que integran los descendientes de aquellos arriesgados emprendedores. Y también, como no, por la confianza que han depositado en la empresa sus clientes. 

En la actualidad, además de la venta de material de construcción de todo tipo, la empresa ha diversificado con una ferretería en la que ofrece productos de primera necesidad con una calidad excelente.

La celebración del cincuenta aniversario -en realidad la empresa tiene más de 50, pero la conmemoración les pilló en mitad de la pandemia-, fue una ceremonia sencilla y muy íntima, en la que estuvieron representadas todas los núcleos familiares que la integran, así como clientes y demás conocidos. El catering lo puso Salones Carrasco, y el pastel del 50 aniversario la pastelería Diego. 

Una celebración por todo lo alto que augura un gran porvenir a La Seniola, que ademas del comercio de materiales ofrece asesoramiento de forma personalizada a sus clientes.