Made in New York
Subir a un taxi y que te hablen en chino. Pasear por un parque y encontrarte con un lago cuya extensión es dos veces más grande que todo un país como Mónaco. O dar una vuelta en helicóptero en plena noche. De película, vamos, y nunca mejor dicho porque allí se han rodado más de 150 films. Todo esto y más es la tarjeta de presentación de Nueva York, uno de los destinos más demandados por los turistas de todo el mundo. Manhattan, Brooklyn, el Bronx, Queens y Staten Island son los cinco distritos de una ciudad cosmopolita que mucha gente conoce por referencias gracias a míticas películas o series televisivas que desgranan su idiosincrasia.
Pero una cosa es lo que ves o te cuentan por la gran pantalla y otra muy diferente es vivirlo en vivo y en directo. Santiago Ferrer, un conocido empresario de Calp, ha pasado 10 días en Nueva York con su familia y la experiencia ha sido de esas que te marca toda la vida. “Es una ciudad mucho más grande de lo que tú puedas esperar y la verdad es que tiene cosas que me han sorprendido, y mucho”, comenta Ferrer.
La primera, una vista panorámica de Manhattan desde la misma habitación del hotel donde se alojaron que estaba situado en Queens. “Era increíble porque cuando estás en Manhattan no tienes posibilidad de verlo en su conjunto porque está lleno de grandes edificios que tapan esa vista”, subraya Santiago. Con la tarjeta New York Pass podían elegir entre más de 100 actividades pero no daban abasto a pesar de realizar sesiones maratonianas para conocer la ciudad. Pero una excursión programada puede durar hasta más de siete horas, que se dice pronto.
Nueva York sorprende, según el testimonio del empresario calpino, por su diversidad de culturas y razas. Calles abarrotadas de gente, atascos continuos de coches, obras por todas partes y camiones de grandes dimensiones circulando por las avenidas. “Tienen un gran respeto por el peatón y hay que mantener las distancias y dejar sitio para facilitarles el paso. Allí van todos con zapatillas porque puedes hacer 15 o 20 kilómetros diarios perfectamente cuando te mueves a pie”, subraya.
Lo mejor es utilizar el metro para desplazarse de un lugar a otro y huir de los atascos. Ahora bien, hay que atreverse y ser valiente para adentrarse en una ciudad subterránea paralela porque hay hasta 57 líneas diferentes. Todo un mundo, sin duda alguna. Nueva York tiene 8,5 millones de habitantes y en el metro compartes vagón con todo tipo de gente.
También se puede disfrutar de la ciudad desde las alturas gracias a una completa red de miradores. El más espectacular es el Summit porque disfrutas del skyline a más de 300 metros de altura. No es fácil acceder al mirador de la famosa Estatua de la Libertad, uno de los monumentos más famosos que está situada al sur de la isla de Manhattan, junto a la desembocadura del río Hudson y cerca de la isla Ellis. Hay que hacer la reserva con tres meses de antelación o, si no, te conformas con verla desde fuera.
Ferrer apunta que un punto de máxima atracción es el Central Park que recorres en bicicleta y te encuentras de bruces con un lago inmenso. Y les faltó tiempo para completar todas las salas del Museo de Historia Natural porque “es tan grande y completo que no te da tiempo. Es una de las cosas que más me ha impactado”, indica Ferrer. Los puentes para cruzar los ríos compiten en belleza y grandeza, como el de Manhattan y Brooklyn, por poner un par de ejemplos. El Museo Memorial del 11-S pone los pelos de punta en recuerdo a las víctimas de los atentados del 11 de septiembre de 2001. El centro está ubicado en el sitio del World Trade Center donde estaban las Torres Gemelas que fueron destruidas.
La oferta gastronómica es inmensa porque la ciudad dispone de más de 20.000 restaurantes. Pero lo más recurrente y rápido son las hamburguesas, los hot dogs y las pizzas si no tienes mucho tiempo para comer porque lo que quieres es aprovechar al máximo los días de estancia. Walk Street, Flushing Meadows -donde se disputa el Abierto de Estados Unidos de Tenis- o el Madison Square Garden son puntos neurálgicos de la ciudad a conocer.
En el Tour te ofrecen la posibilidad de subir a un barco o buque de la armada norteamericana o pasear por las grandes avenidas o, al menos, por las más conocidas, la quinta, la sexta y la séptima. Nueva York es una ciudad moderna y las nuevas tecnologías están al orden del día. “Allí, el amo y señor es Apple y hay tiendas que son auténticas bibliotecas”, dice Ferrer. Y si lo tuyo son las compras porque puedes tirar de tarjeta, no hay más que ir por la Quinta Avenida donde están todas las marcas internacionales.
Un viaje más que recomendable y para repetir. Ahora bien, “me lo plantearía de otra manera y sería para disfrutar de la oferta tan amplia que tienen de espectáculos, desde un musical a un partido de la NBA”, asegura Ferrer. Tiempo al tiempo.