Nuevo esperpento en el CD Dénia: “depuración” de la lista de socios, espantada de los asamblearios críticos y, además, ¡invalidación de la moción de censura!

Si alguien pensaba que era imposible subir el nivel del esperpento de las últimas asambleas del CD Dénia, desde luego se equivocaba. En esta última extraordinaria, con varios puntos “calientes” en el orden del día, el listón ha subido varios peldaños. Como aperitivo, el desconcierto en la previa en torno a los socios que podían acceder o no a la asamblea. Al parecer, la lista “oficial” de socios había sufrido una repentina alteración. Pero al final, entraron los de siempre, y nadie quedó fuera. Con derecho a voto todos, aunque después las cuentas fueran las que fueran y se interpretaran como se interpretaran.

El ambiente se caldeó desde el arranque, con algunos gritos de “sirvengüenzas” hacia la directiva, por cómo se había procedido a la hora de tratar de frenar el acceso a la asamblea. Nada más iniciar la sesión, la primera: no se aprueba el acta anterior. Es ya la costumbre, ni la anterior, ni la de antes, ni la de después. El sector crítico, hasta ahora -y antes de la depuración de socios- mayoritario, no está por la labor de aprobar ningún punto del orden del día. Así llevan varias sesiones, por mucho que la directiva haga la vista gorda y no quiera darse por enterada. O incluso, lo maneje a su favor, porque como no se aprueban las actas, pues como que no tienen validez ninguno de los puntos en los que ha sido derrotada, como por ejemplo el de la anulación de los socios a 300 euros.

El segundo punto del orden del día, el de la actualización del libro de socios, genera más controversia aún si cabe. La junta no admite votación, simplemente que se procede a una “depuración” de la lista con la que sale favorecida Benavente y los suyos. “El listado no es discutible, es el que hay”, sentencia el presidente. 

Por tanto, la junta directiva no admite votación de este trascendente punto. El del capítulo de la valoración deportiva, ni tan siquiera se abordó. Después de que el director general, Alvaro Payá, fuera recibido con toda suerte de hostilidades, como que el horno no quedaba para bollos. De los demás puntos, los de las cuentas pendientes y de la no admisión de los socios que pertenezcan a otros clubes homólogos como empleados o miembros de junta directiva son rechazados, con un balance, orientativo, de 15 votos a favor y 23 en contra. La junta admite los resultados con aparente deportividad, hasta que enseñan su as de la manga: de los 23 votantes críticos solo 11 son socios del club, según la última actualización del listado de socios. Una “depuración” en toda regla al más puro estilo “venezonalo”, según denuncian desde el sector crítico, poco antes de abandonar con gritos la sesión para manifestar su indignación ante la actitud de la directiva. “Nadie os quiere”, había advertido el candidato a la presidencia del CD Dénia, Pepe Carpi, antes de la desbandada.

Momento de crispación social histórica en el seno del club groguet. También sin precedentes lo de Pepe Carpi, el aspirante a presidente al que ni le permiten elecciones, ni moción de censura, ni nada. La junta directiva, en clara minoría social, se aferra al “machito” y le cierra todas las puertas. Quizás la única alternativa son los juzgados. Ocho mil euros tiene la culpa, según la estimación de costes judiciales que advirtió la juez que dirigió la única asamblea con sentido común -trellat- de los últimos dos años. 

NO HABRÁ MOCIÓN DE CENSURA

Tras el abandono del sector crítico, la asamblea recuperó un inusual estado de balsa de aceite. Sin gritos ni improperios, una paza solo interrumpida por la intervención del socio Ronda para denunciar el oscurantismo y otras prácticas de la actual directiva. Acto seguido la junta aprovecha las circunstancias para sacar de la chistera otro punto que no figuraba en el orden del día: el anuncio de que la moción de censura ha quedado invalidada. El motivo lo expone el secretario, advirtiendo que de los más de un centenar de firmantes de la moción apenas 27 son socios válidos, por lo que la asamblea, convocada por ellos mismos, para tratar la moción de censura queda anulada por falta de apoyos, con lo que se da por hecho que Benavente y su junta se perpetúan para el próximo mandato.