Entrenar con normalidad

Entrenar con normalidad
  28/06/2020

 

Está comprobado que el sudor no es una vía de contagio pero se recomienda no ir a los gimnasios en hora punta 

La nueva normalidad lleva aparejado el retorno de viejas costumbres y es hora ya de volver al gimnasio. En los dos meses de confinamiento se ha hecho ejercicio físico en casa, pero no es lo mismo. Carlos Cabrera, preparador físico de Benissa, asegura que "los gimnasios se han convertido en espacios de socialización. Desués de este parón tan grande, la gente necesitaba sentirse de nuevo itegrado en el grupo de siempre”. 

Y así ha sido porque mucha gente está de regreso, aunque hay que extremar las medidas de seguridad para evitar males mayores.

Algunos gimnasios abrieron con la llegada de la fase 3 aunque con restricciones, con cita previa, aforo limitado al 50% y sin vestuarios. Ahora, sin el estado de alarma, vuelven a ser casi como antes de la crisis del coronavirus. 
Ángel Escobar, gerente del Centro Deportivo Humanfit de Dénia, comenta que el aforo ahora es del 75% y ya se pueden utilizar los vestuarios para cambiarse de ropa y ducharse. Aunque está comprobado que 
el sudor no es una vía de contagio de la COVID-19, el gimnasio es un lugar de mayor riesgo que otros espacios cerrados. Es complicado respetar la distancia de seguridad de dos metros y expertos afirman 
que se ha descrito que las respiraciones profundas que se hacen durante el ejercicio físico expulsan más virus que una respiración normal. Por eso, se recomienda evitar 
las horas punta e ir al gimnasio cuando la afluencia sea menor. Si no es posible, es conveniente usar la mascarilla. Hay que extremar la higiene y también es reecomendable llevar dos toallas, una para colocarla en las máquinas y otra para secarse el sudor. Los clientes de Humanfit disponen de un pulverizador para desinfectar 
las máquinas una vez utilizadas. “Hemos triplicado el uso de gel y papel desinfectante”, asegura Escobar. Lo más importante es 
lavarse las manos constantemente y sólo tocarse la cara tras una buena higiene con gel hidroalcohólico. 

Las clases colectivas con monitor sí han cambiado y se ha optado por hacer grupos más reducidos. De 15 o 20 personas se ha pasado a un máximo de 8. Escobar asegura que “la gente ha regresado pero con un poco 
de miedo, la verdad. Hay quién está muy concienciado y hace los ejercicios con mascarilla y todo”. “La facturación –añade- está muy por debajo de los meses anteriores 
a marzo. 

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