Los centros educativos continúan buscando estrategias para fomentar la lectura entre el alumnado

El sábado 2 de abril se celebra el Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil, una fecha que nos lleva a reflexionar sobre los beneficios que nos reporta la lectura y también su importancia para entender el mundo donde vivimos. Los niños suelen ser buenos lectores y son buenos consumidores de libros y cuentos. Es un hecho constatado pero que, a medida que van creciente, la afición a la lectura es cada vez menor, hasta el punto que alrededor de los 15 años se produce una rotura en la tendencia observada. Según los barómetros de de la Federación de Gremios de Editoras de España, hay unos años críticos -finos llegar a los 18- en que el porcentaje de lectores frecuentes baja notablemente. Los centros educativos, ya desde los primeros cursos, implementan programas y actividades de fomento de la lectura. También las bibliotecas, donde el porcentaje de lectores en edad infantil y juvenil es bastante alto. Aun así, algo falla cuando la tendencia a la baja en esa etapa crítica no revierte.

Los móviles y otras posibilidades de entretenimiento de fácil y rápido acceso ligadas a las nuevas tecnologías, las distracciones propias de la adolescencia, la subida de nivel en los estudios y la (sobre) carga de extraescolares dejan poco tiempo libre para la lectura, de forma que muchas veces se hace necesario un incentivo extra desde el ámbito familiar o escolar. Es por lo tanto importante hacer de los libros una herramienta para disfrutar y compartir con los iguales y evitar que la lectura sea una obligación que nos quito tiempos para hacer otras cosas

En el IES Historiador Chabás de Dénia tienen sus embajadores literarios: alumnos de cursos superiores que visitan las aulas de primero de ESO para contar y promocionar los libros que han leído. Además de dedicar media hora diaria a la lectura dentro del aula en los cursos de Secundaria, recibir la visita de autores a lo largo del curso y editar una revista literaria anual que incluye reseñas de libros hechas por el alumnado, se ha puesto también en marcha el proyecto la Biblioteca Humana: escribir en el centro leer en la comunidad. Se trata de un proyecto de innovación educativa de carácter interdisciplinar que implica al alumnado de asignaturas diferentes en una experiencia didáctica que va más allá de la lectura. Consiste en la organización de unos talleres de creación literaria entre el alumnado de ESO que, partiendo de diferentes actividades, desembocan en la publicación de un libro que recoge alrededor de 50 historias. El tercer volumen vorà la luz este año, coincidiendo con la festividad de San Jorge. Pero ahí no acaba la cosa. Los autores visitan otros centros, como por ejemplo escuelas de Primaria, residencias de día de gente mayor o el hospital, para leer a los demás sus historias.

“La lectura es un pilar fundamental para entender y consolidar conocimientos además de un hábito sano que se tiene que fomentar”, explica Jesús Cerdà, vicedirector y coordinador de proyectos del instituto. Facilita la adquisición de nuevo vocabulario, la mejora de la gramática y las construcciones, como él dice. Pero “podría ser que algunos alumnos no leyeron en casa porque no todas las familias tienen el hábito de hacer uso de la biblioteca o de regalar libros”. El instituto les ofrece la posibilidad de hacerlo con esas y otras iniciativas pensadas para acercarlos a la lectura y a la creación literaria de manera atractiva y divertida , como por ejemplo los pasaportes literarios, los talleres de cómicos y de puntos de libros, las actuaciones teatrales o los booktrailers donde, como bonos booktubers, hacen recomendaciones de los libros que han leído. No olvidamos los Premios 25 de Abril, con los cuales nos remontamos a finales de los años 80 y que a estas alturas se han hecho extensivos a otras disciplinas, además de la literaria. En este ámbito se dan premios de narrativa y poesía en valenciano, castellano e inglés y se pulsaban también artículos de divulgación científica.

El resultado parece satisfactorio. Fuera del aula, muchos alumnos comparten libros y leen recomendaciones otros, asegura Jesús Cerdà, y además “acaban expresándose mejor y entendiendo mejor el que leen”. “Un alumno que lee sabe expresarse y dar opiniones”, añade el representante del centro.

CUENTACUENTOS Y PRÈSTECS

Para conmemorar el Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil, la Biblioteca Pública de Dénia ha programado un cuentacuentos para púbico familiar hoy sábado a las 12 horas. Es bastante habitual la organización de actividades como esta casi todos los sábados, con una programación regular que se publicita por la web de la biblioteca y las redes sociales. Es una herramienta de fomento de la lectura desde muy pequeños y para disfrutar de los libros en familia.

Pensando en el público infantil y juvenil, tanto la sede central (calle Sant Josep) como la agencia de lectura Rafael Chirbes (Casa de Cultura) dedican espacios específicos para los lectores de menor edad. Y la respuesta es más que satisfactoria. De los 66.768 visitantes que recibió la biblioteca de Sant Josep en 2021 (la agencia se inauguró en el mes de septiembre y los datos no serían representativas), 13.025 se encuadran en el público infantil y juvenil. Las cifras son más alentadoras si nos fijamos en los libros prestados: frente a los 30.314 del total, 14.854 fueran de literatura infantil y juvenil. No está nada mal.

Fomentando nuevos lectores, lecturas más en consonancia en el día a día de los jóvenes y en aquello que los preocupa e interesa y la percepción que la lectura no tiene porque ser aburrida y puede conectarnos con nuestro entorno, quizás conseguimos invertir la tendencia y entender mejor aquello que dice el lema escogido este año para celebrar el Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil: “las historias son alas que nos ayudan a remontar el vuelo cada día”.