40 años con Andrés Jaén
Andrés Jaén lleva cuarenta años disfrutando del dibujo como forma de expresión. O tal vez más. Quizás lo ha hecho siempre, cuando de niño hacía sus primeros garabatos o cuando empezó leer cómics. Pintar, dibujar, devorar cómics o ver películas han sido aficiones que han ido calando en él y forjando su personalidad. Se puede deducir de la exposición que presenta desde hace unos días en el Centre d’Art l’Estació de Dénia, una retrospectiva que ha bautizado como “40 anys treballant i encara no he pagat la hipoteca”. Dibujos, fotografías, ilustraciones, óleos, cómics, viñetas… y a pie de imagen, citas de Pessoa, Orwell, Dante, Nietzsche o Bukowski, pero también frases célebres de películas como El nombre de la rosa, Blade Runner o Bagdad café. Es el universo de Jaén, que vuelve a exponer en su ciudad para mostrar su compromiso personal con el conjunto de sus creaciones.
Lo de la hipoteca no deja de ser una broma con la que el artista quiere reflejar la opinión de que “el arte deja de tener sentido fuera de los circuitos creados para su existencia, fuera de su inmanencia”. Andrés Jaén muestra en l’Estació un conjunto de creaciones que bien podrían entenderse como tres exposiciones en una. Nos recibe con un pequeño compendio de los trabajos que ha realizado a lo largo del tiempo. En la vitrina encontramos dibujos de la historia de Dénia ilustrada que realizó en 2008 para el ayuntamiento, catálogos de exposiciones colectivas e individuales, dibujos en revistas de arqueología italianas, ilustraciones para el libro de crímenes y criminales de la Marina Alta que publicó Antoni Reig o fanzines que vieron la luz en Valencia.
Varios textos de Fernando Pessoa acompañan una colección de fotografías con imágenes de Dénia, un proyecto de hace ya algún tiempo que da paso a una colección de “paisajes imposibles”. En ellas, aparece de nuevo la ciudad como icono. Son trabajos realizados con diferentes técnicas (digital, acuarela, nogalina…), imágenes dispuestas de forma aleatoria -Jaén no deja de reconocer su fascinación por los mercadillos y el orden dentro del desorden en el que se exhibe la mercancía- y en las que pinta o dibuja rincones tan reconocibles como el puerto, el castillo, la Placeta de la Creu o la calle Marqués de Campo. Son clásicos y a la vez referentes, “porque tú no vas nunca a un lugar sin tener antes un referente, vas a reconocer lo que antes has visto”.
El recorrido continúa por la sala grande, donde las obras están colocadas de forma ‘casi’ cronológica. Se aprecian cambios en las tonalidades y en los temas. Dibujos para cómics publicados a principios de los 90, acrílicos que rezuman expresionismo, ilustraciones y los trabajos del proyecto de señalización del conjunto monumental del castillo, también de la misma época. Un Montgó imponente pintado con las manos deja entrever cierta influencia japonesa en la obra de un Jaén que se lanza a los interiores, con cuadros más decorativos en los que, sin apenas darse cuenta, utiliza las sillas como motivo.
Encontramos un par de obras de lo que denomina “una época extraña”, con figuras en las que tiene mayor peso lo que se siente que lo que se ve. Varias ilustraciones realizadas para la historia de Dénia dan paso a los exteriores, con protagonismo de nuevo para el puerto, las redes y la antigua lonja.
Las ilustraciones de realizadas para el libro de Antoni Reig figuran, junto a varias viñetas publicadas en Canfali Marina Alta -donde Andrés Jaén colabora desde hace varios años-, que culmina con un dibujo de explosivos azules.
Jaén, explica, no quiere que los visitantes se aburran. Por ello, huye de acompañar sus obras con los aburridos textos que indican la técnica utilizada y las medidas. “Cada uno ya sabe si le cabe en casa o no”, señala. No los busque, no los encontrará. En su lugar, citas del gusto del autor.