A la luna de Valencia: La gallina de los huevos de oro
Los ciudadanos de medio pelo nos hemos convertido en la gallina de los huevos de oro de las administraciones públicas. Todas están sacando tajada. Que si impuesto de circulación, que si multa por exceder la velocidad en 1 kilómetro/hora del límite establecido (arbitrariamente); que si al carné de conducir le falta una firma; que si no llevas a mano el seguro, aparcar en zona prohibida, que si el copago, que si el IVA... Muchas maneras de sacarnos el dinero. Lo comprendemos, poco, pero lo comprendemos y más en estos tiempos tan críticos, en los que esas administraciones, que no se han preocupado de evitar gastos excesivos o inútiles, que no se han preocupado en recortar los gastos en los sueldos, dietas y otras gabelas de los gestores, incluso aumentándolos, que tampoco se han preocupado en hacer cumplir los contratos, tanto en los plazos de entrega de las obras o servicios contratados y mucho menos en los precios, haciendo modificaciones presupuestarias, muchas veces multimillonarias, para poder pagar al arquitecto famoso, al constructor afamado, incumplidores en tiempo y forma de las obras o servicios contratados. Esos mismos gestores, que tan poco se han ocupado en el equilibrio presupuestario, ahora con la excusa de la crisis, no pagan a los pequeños empresarios, a los autónomos, a los proveedores de servicios que siendo esenciales, debían ser los primeros en cobrar por su escasa capacidad económica y que les expone a tener que cerrar por el ahogo económico que les produce la demora en los pagos o el impago. Y encima dicen que hay potenciar a los emprendedores y a la pequeña o mediana empresa. ¡Ya les vale!
No sigan, queridos gestores de las administraciones públicas, intentando averiguar si son galgos o podencos, si hay que aumentar los impuestos, sobre todo a los que tienen mucho más patrimonio o ganan mucho más que los que vivimos con los indispensable, que a nosotros ya nosotros ya nos han sangrado mucho más. Porque si es así, mandaremos a un paraíso fiscal los 30 euros que nos sobran, después de pagar impuestos, tasas, multas, pagar casa, luz, agua, teléfono, comprar artículos de primera necesidad con el IVA aumentado, porque esa es otra, con la excusa de los aumentos de los impuestos, hay algunos desaprensivos que aumentan los precios de esos artículos un porcentaje elevado. Y es que aquí, el más tonto hace relojes. Pero, ¡ojo!, las gallinitas ya no tienen más huevos que poner en la cesta.