Buena parte de la inversión en la reurbanización de la Glorieta se destinará a renovar las redes de agua y alcantarillado y los pluviales

  • Buena parte de la inversión en la reurbanización de la Glorieta se destinará a renovar las redes de agua y alcantarillado y los pluviales
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  • Buena parte de la inversión en la reurbanización de la Glorieta se destinará a renovar las redes de agua y alcantarillado y los pluviales
  03/03/2022
9 meses de obras… para empezar

 

Los vecinos rechazan el cierre al tráfico y cuestionan si se pretende vaciar el centro histórico de residentes

El Ayuntamiento se compromete a estudiar posibles ayudas a los comerciantes mientras duren los trabajos y asegura que el acceso estará garantizado

 

El proyecto de reurbanización de la Glorieta del País Valencià de Dénia cambiará la fisonomía de la plaza y también de su entorno. Se invertirán 1.200.000 euros en una actuación que afectará además a las calles Cop, Ramón y Cajal y Carreró de Morant y que, como suele suceder cuando se habla de peatonalización y de obras de larga duración, no deja contento a todo el mundo. En la presentación a vecinos, hosteleros y comerciantes, hubo un pronunciamiento casi unánime de los asistentes en contra de su cierre al tráfico y, con la sombra más que probable de la aparición de restos arqueológicos, asomó el temor a que los trabajos se prolonguen más de lo previsto.

            El plan de obra se estructura en tres fases, que se irían solapando, y tendría una duración inicial de 9 meses. Se empezará a actuar por la Glorieta, después por la calle Ramón y Cajal y el Carreró de Morant y finalmente por la calle Cop. Aunque todavía, a falta de la adjudicación, no se puede hablar de la fecha de inicio, si las obras empezasen en julio como es probable acabarían en principio en marzo de 2023. Comerciantes y hosteleros se quejaron de que se hiciesen en pleno verano y plantaron la posibilidad de habilitar ayudas mientras duren los trabajos para no verse abocados al cierre, ya que auguran un descenso importante del volumen de negocio.

            En cuanto al diseño, la concejala de Territorio y Calidad Urbana, Maria Josep Ripoll, explicó que se va a mantener la imagen actual de forma de óvalo, la fuente, los ladrillos rojos y el pavimento pétreo central; se ampliará la zona ajardinada y se va convertirá todo el espacio en una plataforma única. Lo definió como “una limpieza de cara” con la que rejuvenecerá y adquirirá imagen real de plaza, y que además llevará aparejada la renovación de las redes de alcantarillado y agua potable y la incorporación de pluviales. En esto último, “lo que no se ve” como ella dijo, se invertirá el 40% del presupuesto de la obra, que estará financiada en el 60% por la Diputación de Alicante dentro de su Plan de Inversiones y Financiación de Infraestructuras 2020-2023. La parte correspondiente al Ayuntamiento se costeará con la subvención de los fondos europeos Next Generation que le ha correspondido a Dénia.

            Ripoll informó que en la Glorieta se plantarán ocho plataneros que darán sombra en el futuro, se habilitarán rampas para hacerla accesible y se mantendrán los escalones que dan hacia Marqués de Campo. En cuanto al pavimento, se le dará continuidad para dar imagen de homogeneidad en las calles adyacentes en las que se va a actuar, empleando el mismo material y con la misma disposición que en la Plaça de la Constitució.

            El busto de Roc Chabás del Carrer Cop se trasladará a la Glorieta para que la calle -que mantendrá la jacaranda- gane en amplitud, y en el Carreró de Morand se colocará un adoquín similar al de Cavallers y en Ramón y Cajal se plantará también arbolado. El proyecto contempla asimismo la renovación de la iluminación con tecnología LED en todo el ámbito de actuación.

Las calles Vicent Andrés Estellés y la parte no peatonal de Ramón y Cajal se verán también mínimamente afectadas por las obras, con la reorganización de la pintura vial, la recolocación de las zonas de carga y descarga y de los contenedores. El vecindario propuso el soterramiento de estos últimos, una posibilidad que según la concejala se planteará como mejora en la licitación.

            Los asistentes plantearon entre otras cuestiones si se había tenido en cuenta la entrada y salida de vehículos de emergencia y mantenimiento y el acceso de las personas con capacidad reducida durante la duración de los trabajos y también después, aspectos que según la concejala y el técnico que la acompañaba están contemplados. También se cuestionó la altura a la que quedará el pavimento en relación a los accesos a locales y viviendas, la disposición de la iluminación y el tipo de luminarias a emplear. Hubo quien se quejó de la poca consideración con los residentes y el apremio en multar de la policía local a la hora de cargar y descargar o recoger a personas con problemas de movilidad. Y hubo sobre todo temor a que los trabajos se prolonguen en el tiempo.

            Salieron a colación obras anteriores, como las realizadas en la misma calle Ramón y Cajal hace tres años para la renovación del cableado eléctrico, que se prolongaron más de lo esperado porque a menos de medio metro se encontraron estructuras de la medina islámica que daban cuenta de la existencia de casas opulentas y hacían presagiar la existencia de un importante legado arqueológico de la Dénia andalusí en el entorno de la Glorieta.

            Maria Josep Ripoll intentó mitigar los temores de los asistentes, pidió “calma” a los residentes y comerciantes y repitió que la actuación va encaminada a hacer una Dénia más habitable, “una Dénia para las personas y más amable con la ciudadanía”. No pareció convencerles demasiado, porque siguieron insistiendo en que con este tipo de actuaciones da la impresión de “querer vaciar de vecinos el centro histórico” y “expulsar al residente”.

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