Destrozos en la Granadella y la Barraca por el temporal
Las fuertes lluvias torrenciales, que en Xàbia llegaron a dejar más de 100 litros/m2, han ocasionado serios destrozos en el litoral, especialmente en la cala de la Granadella, donde el barranco provocó una zanja que partió por la mitad la playa. Tras las lluvias, el acceso a la cala, aunque no se ha prohibido, quedaba condicionado en los próximos días por los trabajos para restituir la normalidad. La Policía Local atendió 61 incidencias apenas en unas horas de la noche, mientras que el Ayuntamiento convocó una reunión de coordinación entre departamentos para planificar los trabajos necesarios para reparar los daños registrados.
Los problemas más graves se concentran en la playa Granadella, que necesitará una intervención urgente para recuperar su estado óptimo. El barranco que desemboca en la cala, y que este verano ha sido clausurado como aparcamiento, registró una considerable avenida sobre la medianoche, arrastrando al mar gran parte de los cantos rodados de la playa, señalización pública y servicios de temporada como sombrillas, hamacas.
El alcalde, José Chulvi, y la concejala de Servicios, Kika Mata, visitaron este jueves la zona junto con los técnicos municipales que han valorado los daños y las medidas para devolverle la normalidad. También ese mismo jueves por la mañana se empezaron a limpiar de piedras y arrastres el camí de la Teulería y los tramos del barranco que se necesitan para dar accesibilidad a algunas viviendas y se han gestionado los permisos para empezar en las próximas horas a aportar gravas a la playa para regenararla. También se ha contactado con clubes de buceo para que ayuden a supervisar el fondo marino por si hubiera elementos arrastrados por la avenida que sean peligrosos para el baño.
El Ayuntamiento, dado las fechas que son, ha optado por no cerrar totalmente la cala, pero el acceso estará condicionado por los trabajos necesarios para recobrar la normalidad.
Otra playa que también necesitará aportación de gravas es la Barraca, afectada en un tramo por escorrentías. La carretera de acceso se despejó de inmediato de piedras que habían cedido de los márgenes por la fuerza del agua, que también ha dañado el balizamiento y la plataforma acuática del Arenal.