Dénia recuerda a las víctimas del nazismo en el aniversario de la liberación de los campos de Mauthausen y Gusen

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  07/05/2022

"Pagaron con la vida el compromiso con la libertad”

Cuatro nombres escritos en una placa en una de las paredes del cementerio -precisamente aquella sobre la que se ejecutó a los represaliados del franquismo ya acabada la Guerra Civil- recuerdan a los cuatro dianenses que estuvieron en los campos de refugiados de Mauthausen y Gusen, en Austria. Son víctimas del nazismo, como los miles de prisioneres que “pagaron con la vida el compromiso con la libertad”, señaló el miércoles la primera teniente de alcalde de Dénia, Maria Josep Ripoll. Lo hizo durante el acto que, como cada 5 de mayo, recuerda a las víctimas del terror alemán. De los cuatro dianenses que fueron deportados a Austria solo uno logró salir con vida del campo. No obstante, se vio privado de la libertad, sufrió en sus carnes la barbarie nazi y fue, como los demás, una víctima más del genocidio.

El recuerdo a los prisioneros conmemora la liberación de los campos de exterminio de Mauthausen y Gusen el 5 de mayo de 1945 por el ejército estadounidense. Asensio Vives Roselló, Jaime Crespo Vengut y José Ramis Grimalt fueron asesinados allí mismo. Como Vicente Pérez Bolufer, habían sido movilizados para la guerra por la República y se habían exiliado a Francia, donde fueron a parar a los campos de concentración franceses. Allí, según dijo Ripoll, “les esperaba el final peor”: los campos nazis. Vicente Pérez, el único de los cuatro que vio el fin de la pesadilla, moriría 11 años más tarde en un accidente en Francia, donde continuaba exiliado. Su hija, Teresa, recuerda cómo la comunidad española recuerda allí cada 5 de mayo la liberación de los prisioneros.

Junto a ella, familiares de las otras tres víctimas del genocidio nazi se sumaron al acto, que terminó con el depósito de unas flores ante la placa que guarda el recuerdo de los cuatro y que nos permite tener presente lo que no debe volver a ocurrir. Fueron Irene Giner Vives y Joan Ramon Vives, Josep Ahuir y Bernat Cardona. Ellos recordaron cuánto ha hecho la Federación Española de Deportados e Internados Políticos (FEDIP) por las familias que quedaron en España, pero también todas las sombras que rodearon la muerte de sus familiares. En las casas, como alguno decía, no se hablaba del tema, era prácticamente tabú. Además, no había información clara ni se sabía exactamente dónde habían fallecido, de modo que en algún caso se tenía la creencia errónea de que habían sido internados y ejecutados en Auschwitz, en Polonia, y no fue hasta mucho tiempo después cuando se descubrió a dónde habían sido realmente deportados.

Entre comentarios, anécdotas y recuerdos planeaba la presencia de los nazis que buscaron refugio en Dénia y que vivieron impunemente en la ciudad, preferiblemente en Les Rotes, hasta el fin de sus días. No lejos de allí se vislumbraba la lápida de uno de ellos.

En el campo de concentración de Mauthausen y en el subcampo de Gusen hubo cerca de 8.000 republicanos españoles internados. Fueron declarados apátridas, desprovistos de su nacionalidad por decisión del gobierno franquista, e ignorados por el gobierno francés del Mariscal Petain. Además de sufrir todo tipo de atrocidades, cerca de 5.300 fueron asesinados allí y en otros campos de concentración nazis. Según datos de AMICAL, a los campos llegaron 656 deportados valencianos, entre ellos 10 mujeres. De ellos, 411 fueron asesinados, 5 fueron dados por desaparecidos, 1 logró escapar y 239 fueron liberados. 

 

 

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