El Ayuntamiento de Dénia cede un local al colectivo ucraniano para almacenar las donaciones

Medio centenar de refugiados han buscado cobijo en casas de familiares y conocidos

La tragedia que vive el pueblo ucraniano sigue despertando muestras de solidaridad en la comarca, a donde siguen llegando refugiados escapando del horror de la guerra. En Dénia, según los datos que maneja el colectivo de ucranianos asentado en la ciudad, son alrededor de medio centenar las personas de su nacionalidad que han buscado cobijo en casa de familiares y conocidos. Para algunos no ha sido fácil llegar hasta aquí, donde en la mayoría de los casos se encuentran de paso y a la espera de poder regresar a su país. 

Quienes han podido escapar de las bombas lo han hecho con la esperanza de volver a sus casas cuando acabe la guerra. Muchos han llegado con niños, algunos todavía en situación de shock por todo lo que han visto y vivido. Son mujeres, madres con abuelas, hermanas, primas e hijos en algunos casos, de ahí que lleguen en grupos de entre 3 y 6 personas. Salen de casa sabiendo a donde van, por lo que hasta el momento no ha sido necesario buscarles vivienda. Si la situación se alarga, muchos tendrán que buscar casa, como explica Vira, una de las integrantes del colectivo ucraniano residente que colabora en las tareas de voluntariado. “Hay gente que puede y estaría dispuesta a pagar un alquiler razonable por el alojamiento”, señala. Explica que la acogida en las casas de familiares y amigos ha sido una solución de urgencia y que muchas veces el espacio es muy limitado, por lo que más pronto o más tarde -si el conflicto bélico se prolonga en el tiempo- se tendrán que buscar un lugar donde vivir.

El Ayuntamiento de Dénia ha ofrecido su colaboración al colectivo de ucranianos y está en contacto con ellos, organizados en torno a la constitución de una asociación. Todo aquel refugiado que llegue a Dénia por su cuenta, explica la concejala Melani Ivars, deberá ponerse en contacto con los Servicios Sociales y la Policía Nacional a fin de registrarse e iniciar los trámites de empadronamiento, escolarización y atención sanitaria. Ivars informa que ha habido ya algún niño escolarizado, aunque en estos casos lo más conveniente es que pasen unos días desde su llegada “y se tomen el tiempo que necesiten para adaptarse a la nueva situación”.

La responsable de Bienestar Social ha incidido en que todas las gestiones se han centralizado en su departamento, desde donde se harán los trámites para la búsqueda de alojamiento en el caso de que sea necesario o, si se precisa, se facilitará la infraestructura para impartir clases de español a los recién llegados. Con el objetivo de que haya una mejor coordinación y no se dupliquen esfuerzos, se ha celebrado también una reunión con los integrantes de la Mesa Solidaria y se ha creado una bolsa de voluntariado para acompañar a los refugiados a realizar las gestiones si tienen problemas con el idioma.

Dénia ha puesto también un local municipal a disposición del pueblo ucraniano para que pueda ser utilizado como almacén. El local está situado en la calle Pintor Llorens y podrá hacerse uso de él en unos días. De momento, las donaciones se siguen recogiendo en los locales de Sandunga 11B y Cándida Carbonell 14B, donde se demandan sobre todo medicamentos. La donación de ropa no es necesaria porque el volumen de textil recogido es muy elevado y hay excedente en la frontera. Las prendas que siguen llegando no se envían ya a Ucrania, se guardan para ponerlas a disposición de los refugiados que van llegando a Dénia, que han salido de su país con poco más que lo puesto.

Una de las prioridades de la recogida de material es asegurar que todo llegue a su destino. El transporte se realiza a través de voluntarios que lo llevan con camiones hasta la frontera con Ucrania y los gastos de gasolina se cubren con aportaciones de los integrantes de la comunidad ucraniana. Para dejar constancia de la recepción de los envíos, se prepara una página web donde quede reflejada la entrega del material a fin de que todo el proceso sea lo más transparente posible. 

La solidaridad de Dénia y la Marina Alta ha quedado demostrada con las donaciones y también con las concentraciones de repulsa a la guerra y sus atrocidades, como la convocada el miércoles en todo el país por la Federación Española de Municipios y Provincias, o iniciativas como la del Orfeó de Dénia de cantar por la paz y el cese de la guerra en Ucrania.