En clau de dona/Carmen Paula Romero: “En estos momentos, tener la oportunidad de ir a escuchar un concierto es lo que te da la vida, te da un respiro al alma, te da esperanza, te da ilusión”

En clau de dona/Carmen Paula Romero: “En estos momentos, tener la oportunidad de ir a escuchar un concierto es lo que te da la vida, te da un respiro al alma, te da esperanza, te da ilusión”
  04/02/2021

“Muchos artistas somos grandes tímidos e introvertidos”

 

La pandemia la pilló trabajando en Madrid. “Nos tocó a todos, fuimos el primer teatro que se contagió de coronavirus a principios de marzo, no se conocía, estaba en la China y no pensábamos que iba a llegar… en el coro fue devastador…”. Así recuerda Carmen Paula Romero cómo vivió aquel negro mes de marzo, cuando todo se paró. Tuvo fiebre durante dos o tres días, pero se recuperó bien, aunque le quedaron algunas secuelas que le ayudó a salvar su hermano, fisioterapeuta, con rehabilitación. “El coronavirus no es broma”, advierte esta soprano que hace tres años se ganó una plaza en el coro del Teatro de la Zarzuela. El jueves era el estreno de Luisa Fernanda y ella se subía al escenario con la misma ilusión con la que encara cada nueva aventura. “Tenemos la inmensa suerte de que somos prácticamente de los únicos teatros del territorio español que no ha cancelado ninguna función”, señala.

        Del confinamiento guarda la parte positiva: volver a tocar el piano. Porque ella es cantante y pianista. Hizo conciertos online en colaboración con algunos músicos instrumentistas y puso en marcha un proyecto para el que no encontraba tiempo: hacer un dúo con su marido. Empiezan a salir proyectos de canto y se están reubicando actuaciones suspendidas, algunas en España y una gira en Suiza.

PREGUNTA: Soprano y pianista. ¿Qué la hace más feliz?

RESPUESTA: Lo de ser feliz es muy relativo. Yo dediqué muchísimas horas al piano, fue mi vida durante mucho tiempo. Las oportunidades laborales me vinieron más por la vía del canto y empecé a cantar. Ahora tengo la oportunidad de volver a trabajar como pianista. Las dos cosas me hacen muy feliz y son muy distintas. Depende del momento y de cómo vengan las cosas. Al final, el camino de la vida va marcándolo todo.

P: Forma parte de la plantilla estable del Teatro de la Zarzuela, pero ha pisado muchos y muy variados escenarios: el Auditorio Nacional, el Palau de la Música de Valencia, Viena, Suiza… ¿Cuál es su sueño? ¿Dónde le gustaría actuar?

R: Me hizo muchísima ilusión actuar en el Teatro de la Zarzuela como solista. Tuve la suerte de entrar con Cristóbal Soler como director musical, un director valenciano al que no conocía. Allí, además de la plantilla del coro, hay solistas invitados que hacen los papeles principales. Y yo tuve la inmensa suerte de que él hizo audiciones a la gente que trabajaba en plantilla y me dio esa oportunidad, dándome muchos papeles. Trabajar en un lugar que es tu casa, porque para mí el Teatro de la Zarzuela ahora es mi casa, y poder cantar desde tu casa y que te den esa oportunidad y esa confianza, es lo que más ilusión me hizo. Es igual que en Dénia, cantar en Dénia es la máxima ilusión, es tu casa. Hay grandes maestros, gente muy famosa, con la que te puede hacer ilusión compartir escenario. Pero yo aprendo y disfruto del día, disfruto viéndolos, aprendo de otra forma. En ese sentido, no tengo grandes ambiciones. Tal vez me gustaría cantar en el ADDA, en Alicante, que está muy cerca.

P: En una familia de sanitarios -el padre médico, la madre enfermera, el hijo fisioterapeuta-, la hija se embarcó en esto de la música. ¿Cómo fue?

R: No lo sé, la verdad. Desde pequeña me llevaron a estudiar música y yo encontré ahí mi camino. Hubo una persona muy importante, Pepa Álvarez, que era directora del Orfeó de Dénia. Me dio una visión musical muy grande, oportunidades... Creo que todo eso me permitió darme cuenta que a mí me gustaría cantar siempre, me permitió descubrir algo que me apasiona, que me hace feliz. Y entonces te planteas, por qué no puedo yo hacer de eso mi vida.

P: Decía Platón que la música es para el alma lo que la gimnasia para el cuerpo. ¿A usted qué le aporta?

R: A mí me lo aporta todo. Ayer (por el domingo pasado) tuve la oportunidad de ir al Auditorio Nacional a escuchar a la Orquesta Nacional de España, como muchos fines de semana. Hablaba con gente del público y comentábamos que ahora, en estos momentos, tener la oportunidad de ir a escuchar un concierto es lo que te da la vida, te hace viajar a otros lugares -ahora que no podemos viajar físicamente-, te da un respiro al alma, te da esperanza, te da ilusión, te hace soñar en un mundo mejor, te deja imaginar cosas buenas… Para mí es la salvación en los malos momentos. Animo a todo el mundo que busque en la cultura, no solo en la música, ese cobijo.

P: Una pregunta más íntima, ¿es usted de esas personas que cantan en la ducha?

R: La verdad es que no, porque me da mucha vergüenza por los vecinos. Sufro mucho por ellos, ¡así que no! (ríe a carcajadas).

P: Me consta su interés por las técnicas que le permitan afrontar situaciones tensas, concentrarse... y que además de cantar y tocar el piano, imparte talleres de respiración y de conocimiento corporal.

        R: Esta situación también me ha dado la oportunidad de profundizar en cosas que me interesan mucho desde siempre y para las que tampoco tenía tiempo. Estoy haciendo un postgrado en la Universidad Menéndez Pelayo en una técnica de rehabilitación vocal concreta, con el doctor Borragán, un foniatra extraordinario, y también me estoy formando en métodos de anatomía para el movimiento. Aunque me he dedicado a la música, venir de una familia de sanitarios ha influido de alguna forma en mi interés por la anatomía, la curiosidad por el cuerpo y por entender cómo estamos haciendo las cosas e intentar minimizar el esfuerzo, ser más elásticos, más flexibles. Eso me ha servido mucho en mi vida como músico. Porque esa flexibilidad es una cualidad que se expande. Si estás flexible por dentro también estás flexible por fuera. Cuando tocas, cuando cantas, hay una facilidad especial.

P: Dice en su página web que le gustan los árboles, las flores, devorar libros y series, y el silencio. ¿Cómo se come eso, una música con una especial debilidad por el silencio?

        R: Porque creo que muchos artistas somos grandes tímidos e introvertidos. La introversión es algo que parece no tener espacio en este mundo y que las personas extrovertidas, con grandes habilidades sociales, que saben lo que han de decir en todo momento, sean las que tienen mayor predominancia. Pero la gran mayoría de los artistas tienen una gran parte de introversión. Solo yendo hacia adentro y descubriéndote a ti misma puedes dar cosas hacia afuera.

P: Por cierto, ¿qué libro está leyendo?

R: Ahora he terminado Patria, que está muy de moda por la serie. Me lo recomendaron en el teatro y me ha apasionado y emocionado mucho. La cultura da espacio a todo el mundo, la lectura también puede emocionarte y trasladarte.

P: Su primer concierto en vivo después del confinamiento fue en Dénia, en Torrecremada. Fue su reencuentro con el público desde el escenario y lo hizo precisamente ‘en casa’.

        R: Fue muy bonito. Mi relación con la cultura en Dénia es muy estrecha. Yo me he sentido absolutamente respaldada desde el principio, siempre se me han dado oportunidades, siempre ha habido un especio para mí. Y eso me ha ayudado mucho a desarrollar una actividad profesional. Un músico ha de actuar, se ha de poner delante del público, y no es fácil. Tengo muchos compañeros que no tienen las posibilidades, las oportunidades que yo he tenido.

P: En su receta “para salir de esta”, la campaña que puso en marcha Turismo Dénia cuando se vivían momentos difíciles, usted aportaba como ingrediente necesario una gran dosis de cultura. Ahora la cultura se tambalea. ¿Se avecinan malos tiempos?

R: Son tiempos difíciles para la cultura y para muchísima gente, porque esta es una crisis global. Los que tenemos trabajo, que es una situación privilegiada, no nos hemos de olvidar de respaldar los ámbitos que creemos más desfavorecidos. Las personas no se pueden reunir como antes y eso tiene unas consecuencias. Yo soy positiva y creo que esto lo vamos a sacar adelante. La cultura no puede quedarse atrás, saldrá de esta.

P: Usted se atrevió a dar su receta. ¿Es buena en la cocina?

R: Sí que me gusta, la verdad. Es también un arte. Y es cultura, la de nuestros antepasados. Cultura ligada al placer de las sensaciones, saborear los alimentos, olerlos… Todo eso forma parte de los sentidos y las emociones. Disfruto mucho comiendo y Dénia es un tesoro para comer.

P: Afirmaba en una conocida red social que Dénia es su lugar favorito en el mundo.

R: Hace muchos años que no vivo en Dénia de manera habitual. Cuando acabé el instituto me fui a estudiar y nunca volví a vivir de forma permanente. Pero para mí es un refugio. Siempre. Esté donde esté, siempre vuelvo. Y además procuro volver a menudo porque me recarga las pilas y me da energía. Cuando tengo momentos malos me da el calor de estar en un lugar que te hace sentir bien. Nací en Murcia de forma circunstancial, por cuestiones de familia, pero no hemos vivido nunca allí. Toda nuestra formación, todos nuestros amigos y toda nuestra vida ha sido en Dénia. Tengo sangre murciana pero yo soy deniera “a tope“.

P: Mantiene también una estrecha relación profesional con Dénia y la comarca.

R: Sí, claro. Actué con la banda de Dénia en el concierto de la Santíssima Sang hace un par de años. Tengo muy buena relación con ellos y colaboro asiduamente. Cuando acabé mi formación como pianista y cantante fui dos años estudiante de piano-jazz. A mí me gusta toda la música, no solo la clásica, y siempre había admirado mucho a Jose Pastor y Eva Olivencia, que son músicos de jazz. Era una oportunidad que no quise desaprovechar, tener un músico así en tu pueblo y poder aprender de él me pareció superbonito. También he asistido como alumna a algunos seminarios que ha organizado la banda En Pedreguer, en marzo del año pasado teníamos que haber hecho un concierto con motivo del Dia de la Dona; se suspendió y ahora me llamaron para reprogramarlo. A ver cómo va la cosa y, si no puede ser en marzo, pues más adelante se hará.

P: Tres nombres y terminamos. Ángel Belda

R: Nos conocimos cuando estudiábamos en la ESMUC haciendo un grupo de cámara y a partir de ahí empezamos a colaborar musicalmente, yo como pianista y el como clarinetista. Personalmente nos entendimos muy bien. Y hasta ahora. Hubo unos años en que no pudimos tocar juntos porque estábamos estudiando fuera, cada uno en un país… y ahora, en la pandemia, hemos podido volver a hacerlo.

P: Viviana Salisi.

R: Fue mi profesora en la ESMUC y es una persona muy especial. Además de ser una profesora maravillosa, te hace reflexionar sobre lo que estás cantando y te involucra de una manera especial con el mensaje y con la finalidad última de lo que es cantar. Además, es una amiga insustituible. Es de esas personas que dan profundidad a tu vida y hacen que todo lo que haces sea más rico.

P: Pepa Álvarez.

R: Ha sido una persona importantísima porque desde muy pequeña, además de ser mi profesora de piano, me descubrió el mundo del canto. Yo he acabado ganándome la vida como cantante, imagínate si será importante para mí. Me ha acompañado durante todos estos años, dándome clases, dándome consejos aunque yo ya no vivía en Dénia. En mi familia no había ningún músico y, hasta que vas conociendo este mundo, es difícil. Ella siempre ha estado ahí, siempre he podido contar con ella.

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