GUILLERMO ARES/ Feliz 2015

GUILLERMO ARES/ Feliz 2015
  19/12/2016

Ahí están los datos, en el día a día de la calle están las pruebas.

            De los últimos inventos realmente a destacar, el GPS en el móvil o el coche son de una eficacia y comodidad poco frecuentes.

            De sólo pensar en el despliegue de información, en el trabajo desarrollado hasta lograr que una voz nos vaya indicando las piedras del camino, cuando uno se equivoca, porque el que se equivoca no es la voz, el aparatito redirige el camino llevándonos al lugar deseado pero corrigiendo nuestro error.

            Impresionante.

            Sólo tiene un punto en contra, ya no se usar un mapa, ya no miro por dónde voy, sólo giro cuando me dicen y llego por donde me llevaron.

            Claro que la pregunta obligada es para qué quiero un mapa si hay GPS.

            Pues lo quiero para desarrollar mi instinto, mi sentido de la orientación, para saber resolver pequeños inconvenientes sin que una voz de lata me diga qué debo hacer.

            Insistimos en que no hace falta saber multiplicar o sacar un tanto por ciento, las calculadoras lo hacen por nosotros.

            Pronto los coches irán solos, los aparatos en general no llevarán mando porque comprenderán nuestras órdenes con el mero hecho de pensarlas.

            ¿A dónde nos lleva esto?

            Hacia una sociedad estéril, que se ahoga en un vaso de agua porque una máquina no supo sacarle del apuro.

            Una sociedad sin valores porque las máquinas no tienen ética ni sentimientos.

            Ya no nos encontramos para tomar algo  y charlar, tal vez tomemos algo pero todos estarán cogidos a un teclado de móvil o tablet.

            Los mecánicos de artilugios o coches sólo se dedican a cambiar piezas, ya no se reparan.

            Cada vez hay más máquinas que suplen la mano de obra humana, el self service ha ido ganando terreno, ya el camarero no existe y cada vez hay más gasolineras de autoservicio.

            Por estas cosas y algunas más que seguro cada lector podrá añadir de su propia cosecha, propongo que en lugar de seguir hacia adelante vayamos hacia atrás, volvamos al mundo donde lo importante es hacer las cosas bien, donde lo hecho a mano es mejor, a ocupar más tiempo en aprender que en perder el tiempo.

            Si poco a poco volvemos al pasado con la experiencia del presente, seguramente apreciaremos mucho más lo bueno, le daremos el valor que se merece y seremos una sociedad inteligente y feliz.

            Feliz 2015.

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