GUILLERMO ARES/ Nada ha cambiado

GUILLERMO ARES/ Nada ha cambiado
  15/05/2017

 

Si nos remontamos años y años atrás, podremos comprobar que todo sigue igual, la diferencia está en la velocidad con la que hoy vivimos, no porque los humanos de hoy quieran ir más deprisa que los de antaño, sino porque hoy se puede ir a velocidades que antes eran impensables.

            De ir a pie a cabalgar, del caballo al coche, de aquel Ford del año 1926 a cualquier coche de hoy, las velocidades alcanzadas han sido cada vez más altas.

            Los aviones y los cohetes, misiles y barcos fueron acercando a los humanos a la rapidez.

            Pero, siempre hay un pero, el humano no puede acompañar a la tecnología en su alta velocidad, entonces, aparece la velocidad en la comunicación, de aquellas cartas escritas a mano que tardaban quince días en llegar a su destino pasamos a un mensaje de texto que da la vuelta al mundo antes de poner la última palabra en origen.

            Siempre hubo esa Gran Mujer que estaba detrás de un Gran Hombre, esa que manejaba los dineros de la familia y hacía trampas en paraísos fiscales mientras su “hombre” daba la cara de Gran Hombre.

            La televisión era escasa y nada independiente, hoy hay demasiada dominada por todos los canales del Poder, así negocian las noticias igual que los partidos negocian sus discursos, barajan las cartas de control y reparten las marcadas lo más equitativamente posible para que un pueblo llano, poco culto y muy ocupado en remover contenedores, pagar hipotecas imposibles o tener la última pantalla plana no tenga tiempo, ganas ni conocimientos de cómo luchar contra el disparate de unos pocos.

            No nos engañemos, siempre fue igual.

            Hace cien años los Ovnis eran la distracción, algunos dictadores encubiertos y de los otros inventaron el escarabajo Volkswagen, el seiscientos, el fútbol o la hipoteca para mantener a su pueblo ocupado en cosas más serias que la administración del dinero público.

            Hoy la velocidad, la alta tecnología permite poner al descubierto cosas que antes jamás se han podido destapar, pero no nos engañemos, la corrupción, la malversación de fondos de otros, la delincuencia dentro del Poder, no es una casualidad, es algo que va de serie en una gama de personas que alcanzan los mismos poderes porque viajan por los mismos caminos.

            Ya hay quienes dudan de la inocencia de Esperanza Aguirre, algunos hasta de Rajoy, alguien ya habla de la Casa Real, porque hasta ahora muchas, demasiadas de aquellas personas que juraron o prometieron su lealtad, están cayendo en las garras de investigaciones que hoy se hacen públicas y antes se guardaban entre ellas como el más preciado tesoro.

 

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