Indignación entre los vendedores del rastro de Dénia por un cierre que consideran “premeditado y con alevosía”

Indignación entre los vendedores del rastro de Dénia por un cierre que consideran “premeditado y con alevosía”
  20/11/2021
“Nos quieren echar y convertirlo en un mercado de antigüedades”

Segundo viernes sin rastro en Torrecremada. Y de momento, no se le espera. Un grupo de vendedores del mercado de objetos de segunda mano protestaban airados a primera hora de ayer viernes en el recinto donde, en ese momento, debían estar montando sus puestos. Recibieron un escueto whatsapp el martes 9 de noviembre donde se les informaba que el viernes 12 no es iba a celebrar rastro. Quedaba suspendida la concesión de autorizaciones de venta no sedentaria en la zona fuera de los días establecidos en la ordenanza en vigor, que no contempla esta actividad. Hasta nuevo aviso, rezaba el mensaje. Indicaba también que se enviaba una carta certificada a quienes tienen puesto fijo informándoles de ello. La carta, según dicen, no ha llegado y el malestar va en aumento. Creen que detrás de la suspensión hay una intención encubierta de convertir el rastro en un mercado de antigüedades, lo que supondría el cese de la actividad de muchos puestos.

Los vendedores se mostraban ayer indignados por un cierre que consideran “premeditado y con alevosía”. “Han tendido tres semanas (las de la feria) para regularizar la situación y han esperado a que la quitasen para decirnos que no podíamos montar”, explican. El modo de hacerlo no es, a su juicio, el más adecuado, tres días antes y por un mensaje de whatsapp. Hay varios puestos de comida y algunos, por ejemplo, ya tenían el género comprado. Aseguran que hay 123 vendedores fijos y otros agregados, cuyo número varía según semanas. Muchos de ellos son de Dénia pero también los hay procedentes de otros municipios de la comarca y de fuera de ella. “Aquí lo que se vende son cosas que tenemos por casa, cosas de segunda mano, y hay quien depende de lo que hace de venta el viernes para comer”, precisa uno de los afectados.

El fantasma del cierre planea sobre el rastro de Torrecremada desde hace meses. “Había rumores de que querían ‘ponerlo pijo’ -dicen- hacer un mercado exclusivo de antigüedades, e incluso cambiarlo de sitio”. “Si hacen eso se lo cargan”, afirman varios de los vendedores que se dieron cita ayer por la mañana para hacer constar su malestar. Opinan que no hay demanda suficiente para un mercado semanal de antigüedades pero sí para un rastro como el que se montaba hasta ahora, donde igual se venden trastos viejos, ropa, herramientas o enseres personales que alguna antigüedad. Entre otras cosas, porque es el único de esas características que hay en la comarca los viernes.

La regulación, que consideran necesaria, no es excusa para la suspensión, advierten. “No estamos en contra de que se haga una ordenanza”, aclaran, “pero no tiene sentido que hayamos estado tantos años sin ella y que, después de tres semanas de cierre obligado por la feria, nos suspendan la actividad con esa excusa”. Algunos vendedores llevan más de 15 años montando sus puestos en el rastro y sostienen que la actividad está fiscalizada. Abonan 10 euros por puesto al día y los pagos se hacen por el banco “ con un documento que lleva el membrete del Ayuntamiento”, añaden. “Estamos a favor de que haya una ordenanza” -matizan- “pero si regular significa que nos quieren echar, no estamos de acuerdo”.

El cierre puede poner a algunos en una situación económica delicada porque, como apunta una vendedora, “aquí hay gente que no llena la nevera todos los días”. Hablan de “exclusión social” y recuerdan los beneficios derivados del montaje del rastro en los negocios de la zona. “Todos salimos beneficiados”, indican, “incluso las personas mayores que vienen paseando todos los viernes por curiosidad y por ver lo que ofrecemos”.

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