La iglesia de la Vila de Dénia como lugar de culto al aire libre… ¿por qué no?

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  27/06/2020

La iglesia de la Vila Vella del Castell de Dénia fue la iglesia matriz de la ciudad. Inmediatamente después de que el rey Jaume II fundase la Vila de Dénia (1308), el templo se consagró a la Asunción de la Virgen María. Poco se conoce de ella. O mucho, si se tiene en cuenta que a simple vista no queda rastro de lo que fue. Su emplazamiento, sobre los bancales donde vuelve a crecer la viña -este año se han incorporado tres más y ya son cinco-, se distingue ahora fácilmente por el contraste del amarillo de la maleza que lo puebla con el verde de las hojas de parra vecinas. Es el fruto de los tres meses de cierre, en los que no ha habido trabajos de mantenimiento y las malas hierbas y las gaviotas se han apoderado de él.

Durante dos semanas se ha trabajado duramente desde el Ayuntamiento con limpieza a presión para retirar los excrementos de las gaviotas y limpiar la vegetación que invadía este bien patrimonial. Las visitas ya son posibles, aunque quedan aún trabajos pendientes. Como pendiente está también un ambicioso proyecto de excavación integral de la iglesia gótica y su restitución en planta.

El templo cristiano fue abandonado durante la Guerra de Sucesión, tras quedar seriamente dañado, y la advocación a la virgen se trasladó a la actual Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción. En tiempos de la Guerra de la Independencia fue derruido el campanario que quedaba. Con ello, y con el paso del castillo a manos privadas, “la iglesia desaparece de la memoria histórica”, explica el arqueólogo municipal, Josep A. Gisbert. No obstante, aparece en algunas fuentes escritas y se han realizado algunos estudios sobre ella. Uno de ellos, a través de la Universidad Politécnica y un programa europeo, permitió restituir su volumetría a partir del análisis de piezas como la cubierta o las nervaduras. El mismo Gisbert hizo entonces una propuesta de restitución en planta. Hace dos años se realizaron unos sondeos muy superficiales par poder delimitar los muros perimetrales situados al norte de la iglesia. Se detectaron tres primeras capillas. Una de ellas, según las fuentes conocidas, estaría dedicada a Sant Sebastià, durante muchos años patrón de la ciudad.

El arqueólogo comenta que la parte sur quedó muy destruida por la transformación en bancales que sufrió el terreno, pero en la parte norte, además de las capillas -sostiene-, probablemente se podrían localizar pavimentos y vasos funerarios de familias o gremios.

Las posibilidades que ofrecería el avance en las investigaciones son muchas, incluido un proyecto de museización. Y, ¿por qué no?, volver a hacer de ella un lugar de culto, ahora al aire libre y en algún caso excepcional.

 

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