La vieja apisonadora de caminos, huella del patrimonio industrial

  • La vieja apisonadora de caminos, huella del patrimonio industrial
  • La vieja apisonadora de caminos, huella del patrimonio industrial
  01/04/2022

A alguien se le ocurrió hace unos años rescatar del olvido una vieja apisonadora de caminos que perteneció a la Hermandad Sindical de Labradores de Ganaderos de Dénia y que, con el tiempo, pasó a manos del Ayuntamiento. Ese alguien fue Guillermo Bellot, profesor de Automoción del IES Maria Ibars ya jubilado y miembro fundador de ASETRAMA, la asociación que agrupa a cincuenta y tres talleres de reparación de automóviles de la comarca. Las tres entidades citadas vieron con buenos ojos la propuesta y fue el alumnado del centro el encargado de repararla y mejorar su aspecto. Hoy, la “piconadora” -como se la conoce- se exhibe en el Bosc de Diana como muestra de un patrimonio arqueológico industrial que no hay que dejar perder en el cajón del olvido.

            Aunque fue instalada hace ya meses, la pandemia obligó a retrasar varias veces el acto de reconocimiento a los impulsores de la iniciativa y a quienes la hicieron realidad. Ayer se celebró un pequeño acto para colocar la placa que inmortaliza lo ocurrido y el alcalde, Vicent Grimalt, dijo sentirse orgulloso de la recuperación de la máquina que, como recordó Francisco Bulufer, presidente de ASETRAMA, fue la primera apisonadora que llegó a la comarca. Adquirida en 1960 para el arreglo de los caminos agrícolas, se pagaron por ella 492.000 pesetas. Con la extinción de las hermandades sindicales, en 1977 pasó a formar parte del patrimonio de la Cámara Agraria Local y en la década de los 80 el Ayuntamiento se hizo cargo de su custodia.

            Hubo una primera restauración en esos años que permitió utilizarla al departamento municipal de Obras y Servicios. En ella, entre muchos otros, participó Noel Barber, entonces alumno del instituto. Lo volvió a hacer en esta ocasión como jefe de Departamento de Automoción, del que estaba al frente. Ayer, durante el acto, dijo que la formación profesional necesita “más recursos, más apoyo, menos palabras y menos reformas educativas”. Se refirió también a ella Josep Antoni Server, director del Maria Ibars cuando se reparó la máquina, y la definió como una oportunidad para las personas y una opción de vida digna que mejora la cohesión social, favorece la integración y ayuda a superar las desigualdades.

            Como dijo Server, la “piconadora” salió por su pie del centro gracias al trabajo del alumnado y de todo el departamento. Cuatro de los jóvenes que participaron en el proceso no pudieron asistir al acto -indicó el actual director, Joanba Martí- pero sí lo hizo una buena representación del alumnado y el profesorado. También asistieron el último conductor de la máquina José Antonio Vives Pastor, y el hijo de Agustí Zaragoza Martí, que la manejó con anterioridad. El primer conductor fue Francisco Diego Bañó, a cuyos familiares les fue también imposible estar presentes.

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