Las dos caras de una misma moneda

  26/10/2015

Guillermo_Ares_Opinion

Resultó que no somos iguales ni ante la Ley ni ante la solidaridad.

Uno de los debates más frecuentes en las charlas trasnochadas es el determinar si un médico tiene que ganar lo mismo que un barrendero, ahora se discute si acoger a los refugiados de la guerra en Siria no es una injusticia pensando que antes están quienes sufren miseria en nuestro propio país.

Algunos defienden que los refugiados de Siria no son indigentes, son personas que han tenido la mala suerte de estar en el lugar y momento equivocados mientras que los españoles que han tenido la mala suerte de perder su empleo o su negocio por falta de negocio, no estaban en el lugar ni momento equivocado sino que ellos han sido los equivocados que ahora deben pagar su error con la más mísera de las miserias.

Se aclara por fin que hasta para la mala suerte hay desigualdad, mala suerte de calidad o de la otra, siempre hubo clases.

Si bien es cierto que debe haber gente para todo, valiendo esto para quienes se dedican a hacer el bien sin mirar a quien, no es menos cierto que aún hay mucha desigualdad de pareceres, la forma de ver la ética y la moral, el humanismo y el egoísmo nos lleva por caminos diferentes con el mismo nombre, hipocresía.

Internacionalmente se habla de ayudar a los refugiados dándoles casas que de repente subieron a la superficie.

¿Antes no existían esas casas para darlas a los desahuciados o a otros pobres en situaciones límite?

Muchas familias se han ofrecido a albergar a refugiados de Siria en sus casas ¿cuál es la razón que hoy tengan lugar para esa pobre gente y hasta ahora no lo hayan tenido para tantos que viven marginados en las calles o en barrios deprimidos?

Parece que no somos iguales ni ante la mala suerte, hasta en eso hay categorías.

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