Las excavaciones confirman que la Glorieta fue en época islámica un sector urbano de prestigio 

  • Las excavaciones confirman que la Glorieta fue en época islámica un sector urbano de prestigio 
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  • Las excavaciones confirman que la Glorieta fue en época islámica un sector urbano de prestigio 
  25/11/2022

Las intervenciones arqueológicas ponen al descubierto el trazado de un vial, una letrina y una balsa con una canal

Los trabajos arqueológicos que se realizan en la Glorieta del País Valencià han corroborado lo que ya se esperaba, la aparición de restos arqueológicos de época islámica -de momento- que confirman la existencia de un sector urbano de prestigio ligado a la época de expansión de la medina, cuando se derribó la muralla primigenia de la Taifa de Daniya para ensanchar la ciudad. Aunque de momento solo se puede hablar de pequeños hallazgos, se ha puesto al descubierto el trazado de un vial y la latrina de una vivienda de los siglos XI-XII, cuya datación exacta todavía está por precisar. La jefa del área de Arqueología y Museos, Massu Sentí, ha señalado que la intervención -que aún está en curso- “todavía puede dar sorpresas”.

Las estructuras han aparecido justo en el lugar por donde se cree que discurría la primera muralla de Daniya, junto a la acera que une las calles Cop y Ramón y Cajal, aproximadamente a mitad de camino. En las excavaciones realizadas con motivo de la reurbanización de la plaza ha salido a la luz un vial con alcantarillado de dirección norte-este/sur-oeste (es decir, que no sería paralelo ni a Marqués de Campo ni al Carrer Pare Pere). El vial delimita una vivienda en la que se observa una letrina junto a una pequeña balsa de factura muy cuidada que oculta una pequeña canal. La tipología de los elementos que forman parte de la balsa -ladrillos de 27 x 24 x 4 cm- nos remite nuevamente “a un sector urbano de prestigio donde es frecuente la azulejería”, indica la arqueóloga. 

Los hallazgos actuales estarían emparentados con otros anteriores. Massu Senti hace referencia al proceso de urbanización de la calle Marqués de Campo y la instalación de la red de alcantarillado en las inmediaciones de la Glorieta en el año 1994, así como a la colocación de una batería de contenedores en 2007 “que dejaron al descubierto una compleja estratigrafía arqueológica con unidades de época islámica y valiosos niveles de época medieval cristiana, menos conocidos a nivel de investigación arqueológica”. Como paradigma de estos niveles postislámicos, cita el conjunto de cerámicas italianas, mallorquinas y catalanas procedentes de las intervenciones arqueológicas de la Plaça de l’Arxiu, cuya cronología oscila entre los siglos XIV y XVII. A la misma cronología nos remite una moneda acuñada en el siglo XVII, un dinero con árbol de Valencia -que podría ser e Felipe III o Felipe IV- acompañada de algunas formas cerámicas. 

Fue en 2017, durante unas intervenciones arqueológicas realizadas en la calle Ramón y Cajal por el equipo técnico de Arpa Patrimonio SL, cuando aparecen unas arquitecturas islámicas inmersas en un ambiente urbano de prestigio, “donde las dependencias domésticas presentan estructuras de factura cuidada y donde son habituales las decoraciones parietales y los patios enladrillados y encintados decorativos, que en ocasiones delinean estructuras relacionadas con un uso del agua de finalidad ornamental”. Como las que ahora se documentan, estas estructuras corresponderían igualmente a la época de ampliación de la medina.

La arqueología ha puesto de manifiesto una cuestión que singulariza a la medina islámica, precisa Sentí, “una topografía bastante más accidentada en este sector que no la ciudad actual, con una pendiente o inclinación sensible de dirección norte-sur”.

Las prospecciones arqueológicas, dirigidas por la empresa Alebus. Patrimonino Histórico, SL, con el seguimiento de la arqueóloga Noemí Daniel Asensio y la supervisión del Servicio Municipal de Arqueología, continúan realizándose y, aunque la renovación de tuberías discurre sobre zanjas previas, se prevé que salgan al descubierto perfiles estratigráficos susceptibles de documentación arqueológica. Así mismo, se han proyectado diversos sondeos en función de la evolución de la intervención.

Una vez finalicen los trabajos y se documenten los hallazgos, los vestigios aparecidos serán cubiertos con geotextil y gravas inertes, de modo que permanecerán conservados bajo el nuevo pavimento de la Glorieta.

 

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