Los gobiernos son las personas

A medida que vamos conociendo a una persona, aumenta nuestra confianza o desconfianza en ella.

Con el paso del tiempo sus actos van dibujando su perfil, en lo personal es importante su preocupación por los conocidos, cómo se involucra en las buenas y malas situaciones de quienes le rodean.

Queriendo o sin querer, seguimos su pista, juzgamos sus reacciones, valoramos sus comentarios, promesas cumplidas o incumplidas.

En lo profesional medimos su capacidad según los resultados obtenidos.

Un buen jefe, decimos, es aquel que conoce el nombre de todos sus empleados, el de sus maridos o esposas, el de sus hijos y además se preocupa por la salud de todos ellos.

Así, conocemos a nuestro jefe en las comidas o cenas de empresa, en las fiestas.

Terminamos, en algunos casos, siendo sus amigos, en reuniones en su casa o en la nuestra con otras amistades, compañeros de trabajo, proveedores y familiares.

Así, según pasa el tiempo, vamos conociendo a esa persona que hace algunos años era un extraño.

En otros casos, sucede que quien nos ocupa fue compañero de colegio, de barrio, de aventuras de la infancia, la adolescencia y sigue allí, ocupando ese espacio en nuestra vida cotidiana.

Es esa persona que tanto conocemos.

Si un día decidimos abrir un negocio, si necesitamos una persona para llevarlo, seguramente conoceremos a alguien a quien podríamos confiarle el puesto porque le conocemos desde hace muchos años.

En ciudades más grandes, en empresas enormes, se busca a esa persona mediante una selección realizada por profesionales que nos merecen toda la confianza.

Ellos se ocupan de investigar el pasado profesional del candidato y, curiosamente, mucho de sus intimidades.

Luego de muchas entrevistas, averiguaciones de resultados anteriores, referencias de otras empresas, entonces se contrata al candidato.

Cuando tenemos que elegir a quien dirigirá la más importante empresa del país, el propio país, sencillamente nos dejamos llevar por sus promesas, comentarios y un dudoso pasado que no nos asegura ningún tipo de resultados, todo está por verse.

¿Qué sabemos realmente de la vida personal de cada candidato?

¿Qué logros han obtenido en sus distintas carreras?

¿Conocemos realmente a quienes vamos a votar?