Panes que saben a gloria

Hay panes que saben a gloria y panaderos que alcanzan la gloria. O casi. Es el caso de Raquel López Van Beek, que con 25 años atesora un buen número de premios. 

El lunes sumará uno más en el Salón Internacional de Panadería, Pastelería, Heladería y Café (InterSICOP) que se celebra entre el 19 y el 22 de febrero en Ifema Madrid. Contenta por el reconocimiento –“fíjate, joven emprendedora y mujer”, señala que “ya es hora de que a la gente joven se nos ponga en el mapa”.

 Raquel López ganó en 2015, con 19 años, el Campeonato Europeo de Panadería Júnior.Y participó poco después en el Mundial de Panadería de Jóvenes Promesas, donde quedó tercera en su categoría. Ahora recibe un reconocimiento como panadera júnior en el Foro de Mujeres Panaderas de InterSICOP, donde participa también estos días en el Campeonato Nacional de Panadería.

 Su trabajo es su pasión y el secreto de su éxito, un trabajo realizado “con mucho cariño y mucho empeño”. 

En su panadería de Dénia se ha volcado en la elaboración de pan artesanal y participa en el proyecto de recuperación de trigos antiguos Blat de la Marina. “La gente aprecia lo que hacemos en Beekery”, explica, “y con todo lo que ha pasado, hay una apuesta mayor por la calidad, interés por saber de dónde vienen las cosas, cómo y por qué se hacen así”. Ha habido un cambio en la demanda que se traduce en una búsqueda “no de lo healthy, sino de lo que realmente les gusta y de lo próximo”. Ahora bien, lo artesano no está reñido con la tecnología. Como ella dice, “somos panaderos modernos con técnicas antiguas”, porque en su horno se compaginan quehaceres antiguos -masa madre, fer-mentaciones de un día, amasado a mano- con avances tecnológicos, lo que les permite tener una relación con su trabajo bastante más llevadera. “Ya no es aquello de que el panadero no duerme toda la noche".