Pep Sendra ya tiene una sala con su nombre a la Banda de Dénia

  • Pep Sendra ya tiene una sala con su nombre a la Banda de Dénia
  • Pep Sendra ya tiene una sala con su nombre a la Banda de Dénia
  28/05/2022

El concierto de primavera de la Agrupación Artística Musical de Dénia ha sido este año un concierto de homenaje y reconocimientos. A las cuatro primeras mujeres que entraron en la Banda de Dénia -Isabel Conejero Cucarella, Alicia García Martí, Julia Molinillo Tolosa y Pilar Gilabert Delegido- y también a la persona que creyó que era necesaria la presencia de la mujer para humanizarla. Fueron entonces cinco, y no cuatro, los protagonistas. O quizás más. Porque de alguna manera ellas y él, Josep Sendra i Piera, representan a todas las personas que participaron de un cambio que ha supuesto un antes y uno después en la historia de la formación musical más arraigada en la ciudad. Emociones, anécdotas y recuerdos afloraron arriba el escenario -y también bajo- en un día de reencuentro donde se hacía necesario mirar hacia atrás, desde el momento actual y sin perder la visión de futuro. Esas cuatro mujeres que subieron al escenario -dos de ellas todavía componentes de la Agrupación- fueron pioneras en su momento, quizás sin esperarlo, como dijo el alcalde, Vicent Grimalt, demostrando a la sociedad que “los perjuicios solo sirven para desmontarlos” y aportando a la Banda, de la mano de Josep Sendra, un cambio de imagen, nuevos valores y prestigio. Él, añadió, fue “el artífice de la apertura de la Banda a la mujer”. Y también, como es sabido, quién la acercó a la gente del pueblo. 

A él, a Josep Sendra, la Agrupación Artística Musical de Dénia le había preparado una sorpresa al acabar el concierto, una sorpresa que se dio a conocer antes de la comida de hermandad que se celebró al local de la Banda. A partir de ahora, la sala de ensayo polivalente llevará su nombre. Allí, en la Sala Pep Sendra, “está la esencia de su conocimiento” y el talante de una persona “clave y referente” para la Banda de Dénia. Así lo dijo el presidente, Robert Frau, en una ceremonia desenfadada que precedió una comida donde no faltaron las contarelles, los recuerdos y, como no, la música y las canciones.

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