Por fin las cosas empiezan a funcionar, aunque sea mal

  10/10/2016

Guillermo_Ares_Opinion

Alguien deja un piso alquilado, como es costumbre, el piso está hecho un asco, muebles destrozados, tapizados destruidos, paredes sucias, puertas desvencijadas, marcas de apliques y tacos de estanterías ya inexistentes con sus debidos destrozos alrededor de la alcayata.

Poniendo un poco de orden y haciendo algo de limpieza, pasan varios días en los que se acumulan los restos de aquello que fuera un piso hace ya muchos años.

Todos sabemos, quienes no lo sepan lo sabrán ahora, que existe "ecoparc" que en la ya muy maltratada y deteriorada Dénia, gestiona una empresa privada.

Nos acercamos a las nuevas instalaciones del vertedero más limpio que jamás se haya visto.

Un espacio remodelado, una rampa con barrera da paso hasta una báscula de las que se sube uno con coche y todo, nuevísimas oficinas en la que habita un señor muy serio, muy amable, muy celoso de una supuesta seguridad insospechable pero bien argumentada para mantenerse en el protocolo del funcionariado más estricto.

Nuestra pregunta la resuelve sin titubear, pueden traerse todos los restos que sean necesarios o pueden llamar a un teléfono que escribe en un papel por falta de tarjetas.

Hacemos una peculiar maniobra para sacar el coche bajo las indicaciones más complicadas pero seguras y nos decidimos a llamar a ese número para que nos recojan todos los trastos de los que queremos deshacernos.

La web dice que nos atenderán hasta las 15 horas, a las 14 tarda en atender una amable señorita que nos aclara que el horario es exactamente hasta las 14, aunque sólo hay dos personas (técnicos) y que la otra cumple horario hasta las 13.30 horas.

Intentamos alejarnos del desorden de horas y la falta de organización para solicitar que nos recojan los bártulos que sobran.

Sólo 3 piezas, nada de deshacerse de todo, porque el equipo que recoge sólo tiene una hora para recorrer toda Dénia recogiendo trastos viejos.

Es decir, todas las noches, después de las 22 horas, se van sacando los trastos, previa llamada de teléfono para confirmar la dirección y la solicitud.

En mi caso, nos haremos muy buenos amigos, la chica del teléfono, el técnico y quienes en una hora limpian Dénia de trastos inútiles, durante una larga temporada hasta que se acaben los restos que dejaron los últimos inquilinos.

Un servicio que seguramente pagamos entre todos, que gestiona una empresa privada sin la excusa del funcionariado, es una muestra clara de un todo que parece inexplicable.

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