Óscar Lasarte, camino del Goya: “Estar nominado es ya un premio tremendo”
Mago, cómico, actor… Óscar Lasarte Pérez ha conseguido trabajar de lo que le gusta y con tan solo 28 años ha sido nominado a los Premios Goya como mejor artista revelación por su papel de Gila en ‘¿Es el enemigo?’. Miembro de una familia muy conocida en Dénia, Lasarte se ha abierto camino desde muy joven en el mundo del espectáculo. Atrás quedan sus actuaciones en la Flexió Verbal -la primera con tan solo diez años-, sus monólogos en La Mistelera -donde, por cierto, incluyó en el show el famoso chiste de Gila que da título a la película de Alexis Morante - o el premio joven promesa del concurso de monólogos de Portal de la Marina, que ganó en 2012. En estos momentos, y durante todo el verano, representa en el teatro Lara de Madrid la comedia El secuestro junto a varias caras conocidas de la escena española. Cuarenta y ocho horas después de anunciarse su candidatura, ayer viernes todavía confesaba estar “flotando”.
Óscar Lasarte señala que no tenía mucha fe en obtener la nominación porque la película se estrenó tarde -el viernes 13 de diciembre- y había “películas increíbles con actores que también podían estar ahí". Le ocurre como cuando fue seleccionado en el casting para el papel de Miguel Gila. No lo asimiló hasta que no se puso el rodaje en marcha. “Pues ahora igual, hasta que no me vea allí creo que no voy a ser consciente”, señalaba.
En esto de interpretar a Gila les debe mucho a sus a sus padres y también a sus yayos, Pepe Pérez Tamarit ‘Cascarra’ y Teresa Vives, que le ponían las actuaciones de Nochevieja y otros vídeos donde aparecía el humorista. Aunque él, reconoce, “no le veía mucho sentido a lo que decía”. Fue a los 14 años cuando entendió su primer chiste, “y empecé a empaparme de él, a ver vídeos y demás”.
Pero antes, mucho antes, ya hacía sus pinitos como actor, afición como la magia que también heredó de su yayo. Con tan solo 7 años actuó con Mónica Palacios en el teatro y a los 8 empezó a hacer trucos de magia. La Enciclopedia de la Magia, Ilusionismo y Prestidigitación que Antonio de Armenteras publicó en 1956 y que su abuelo había comprado le despertó el gusanillo. Hasta el punto de que compraba los Phoskitos para coleccionar sus cromos con trucos de magia.
El joven se ganó una reputación como mago dentro y fuera de su ciudad. Pero además cantó -le vimos también en el FIC- e hizo algunas actuaciones con fines benéficos.
Estudió interpretación en Valencia, Barcelona y Madrid, donde se ha establecido para estar en contacto con los circuitos artísticos.
Preparar el personaje de Gila para la película no fue fácil pero tampoco un muro difícil de salvar. “Soy una persona muy práctica, que funciona absorbiéndolo todo a nivel visual”, explica. Así que se empapó de vídeos, entrevistas y monólogos del cómico para estudiar bien al personaje y coger la cadencia de su voz. El trabajo era doble. Por una parte, tenía que imitar al Gila dicharachero de los shows y por otra, al Gila calmado y tranquilo de las entrevistas. Y superó la prueba.
No fue lo único con lo que tuvo que batallar. También con los kilos de más que cogió tras el casting. A base de dieta y gimnasio perdió diez kg - “¡no he sido más disciplinado en mi vida!”-, exclama. Por no hablar de la prótesis dental a la que tuvo que acostumbrarse para parecerse un poco más a un personaje que define como “muy transversal”.
“Gila no solo conecta con la gente que lo conoce, también con los jóvenes”, indica el actor, “que después de ver la película en los festivales han manifestado su intención de buscar más información sobre él”.
Subraya además que, por su carácter antibelicista, la película tiene una temática muy actual. También por la actuación tan absurda de los políticos en muchos lugares. “Solo tenemos que fijarnos con lo que ha pasado en Valencia”, precisa. “La película transmite un mensaje muy fresco – añade- que permite conectar con la historia y con los personajes”.
A Lasarte, en general, imitar no le resulta difícil. Lo ha hecho desde pequeño. Imitaba a Dani Martínez y a Florentino Fernández cuando compartían programa y reconoce tener habilidad para reproducir los tonos y los acentos de la gente. Tal vez las clases de canto a las que acudió le ayudan a coger el tono y las tesituras de las voces. Porque él canta en las actuaciones si hace falta y también con familiares y amigos. “Mi madre canta, siempre ha tenido buen oído, me ponía películas de Joselito de pequeño y un día -cuenta- se dio cuenta de que yo lo podía hacer bien”.
Sin tiempo casi para atendernos, por eso de las entrevistas que no paran, Óscar Lasarte intenta llevar del mejor modo eso de ser reconocido por la calle. En Dénia le pasaba por su faceta de mago. “La gente te dice que le has inspirado y lo vives con aprecio y cariño”, señala. Llevarse el Goya es algo casi inimaginable para él. “Lo difícil es llegar ahí, a estar nominado, y lo he conseguido. Ese es ya un premio tremendo”.