“Si desequilibramos la naturaleza pagaremos las consecuencias”
La fundación reúne en el Jardí de l’Albarda más de 700 especies autóctonas
LLUÍS PONS
El Jardí de L’Albarda es un remanso de paz y harmonía en el que crecen, viven y se reproducen más de 700 especies de flora autóctona y más de 5.000 ejemplares de fauna. Al mismo tiempo, un oasis de naturaleza, en el epicentro de una zona en la que durante décadas el hormigón ha aplastado metros cuadrados de las fértiles tierras rojas y blancas de las partidas de Albardaneres, en la vertiente nordeste del monte la Sella, dentro del término municipal de Pedreguer. Mirando al Montgó crece este jardín mediterráneo único en el que se respira naturaleza en estado puro, y que ofrece majestuosos rincones que despiertan la inspiración de artistas de todo género, como los que se pueden encontrar en un templado domingo de principios de otoño.
Es también, el Jardí de L’Albarda, el primer y principal activo de la Fundación Enrique Montoliu (Fundem), una institución que puso en marcha Enrique Montoliu, natural de Valencia, y que se dedica a la compra de espacios naturales para su conservación integral y el fomento de la jardinería autóctona mediterránea.