Sin duda, hay que abortar

La responsabilidad de esta decisión pertenece a una sola persona, aunque en este viaje sean dos quienes tienen los mandos y deberían consultar semejante acción, hay que tener en cuenta que hablamos de apostar entre la vida y la muerte.

Llegados a este punto, queridos lectores (siempre genérico válido para ellas y ellos) quiero demostrar que no todo es lo que parece y que un buen "gancho" atrae hasta nuestro terreno a nuestro público objetivo.

En este caso, abortar o no, trata de resolver una situación bastante habitual en aviación, momento en que un avión está por despegar y aparece un problema que si aún no se ha llegado al llamado "punto sin retorno", el protocolo dice que hay que abortar el despegue, decisión que tomará el comandante consultando con su copiloto.

Seguramente usted estaba esperando un artículo sobre mi opinión respecto al aborto, con este titular he conseguido despertar su interés o curiosidad a tal punto que hasta aquí está leyendo.

La intención de estas líneas es demostrar a quienes tengan su negocio, sea del tamaño que sea, que un buen plan de Comunicación puede atraer a sus clientes hasta la puerta de su local.

Después dependerá de su producto, el precio, la calidad y la atención que el cliente reciba.

Si todo estuviese correcto, seguramente podría hacer una venta o cerrar una operación.

Desde el dos mil siete doy unas conferencias sobre "cómo sobrevivir en tiempos de crisis", el eje de estas charlas no es otro que la creatividad para adaptarse y hasta reciclarse con el fin de "ir tirando" si no se puede mantener el éxito de antaño.

A la vista está que no son muchos los que consiguen sobrevivir a pesar de intentos cuyo único pecado es partir de la base falsa de aplicar técnicas, generalmente teóricas de universidad, como si estuviésemos en tiempos normales.

Muchas veces hay que abortar el despegue y empezar de nuevo, el mismo vuelo pero en otra pista.