Un toque exótico para el paladar en Casa Meua és Casa Teua

Un toque exótico para el paladar en Casa Meua és Casa Teua
  13/05/2022

El programa de Els Magazinos echa el ancla en el restaurante Indonesio 43

 

¿Cómo se le ocurrió a alguien montar en los años 60 un restaurante de cocina indonesia en Dénia? O lo que resulta todavía más curioso, ¿cómo ha podido funcionar durante 54 años sirviendo un menú único y sin apenas cambios en el local? Pere Escortell Roselló y Pepa Serra Pérez lo saben. Ellos han crecido y se han hecho en esto de la cocina en el Restaurante Indonesio 43, un clásico que puso hace décadas un toque exótico en la oferta gastronómica de la ciudad y que sigue teniendo una clientela fija y fiel, llegada incluso de más allá de las fronteras de la comarca. Porque la cocina y el paladar no tienen fronteras. En él recala este mes el programa Casa Meua és Casa Teua de Els Magazinos, que rinde homenaje a los hosteleros que han hecho de Dénia un referente del buen comer.

            La historia del Indonesio 43 va ligada a la de un hombre, Kees Van Eck, de nacionalidad holandesa, que llegó a Dénia con su pareja en los años 60 del siglo pasado. Lo hicieron de casualidad, después de planificar un viaje a Gibraltar y cambiar varias veces de destino. El azar los llevó a Xàbia y finalmente a Dénia, donde después de disfrutar de las vacaciones decidieron establecer su residencia. Regresaron a Holanda y comunicaron su decisión a la familia, que residía cerca de Amsterdam, al tiempo que le pidieron ayuda económica para empezar una nueva vida en este rincón del Mediterráneo. El dinero lo invirtieron en la compra de una pequeña casita con un terreno en Les Marines, donde montarían un restaurante donde se serviría cocina europea e indonesia. Van Eck, que sería uno de los fundadores de la Casa Holanda, el Club de Tenis y del Club de Bridge de la ciudad, había entrado en contacto con varias familias indonesias en el instituto técnico donde estudió en Holanda y había conocido su cocina, muy del gusto de los holandeses. Indonesia fue colonia holandesa y había una presencia numerosa de residentes indonesios en su país.

El suyo era un pequeño establecimiento que ocupaba una parte del comedor interior del restaurante actual. Se bautizó originariamente como Tres Estrellas aunque, dada la buena aceptación que tuvo y aprovechando el número del local, pronto cambiaría a Indonesio 43. Pensando en la cantidad cada vez mayor de residentes holandeses que había en la zona, en el menú figuraba el famoso Rijsstaffel o mesa de arroz. “Para su sorpresa”, explica Pere Escortell, “quienes más solicitaban la comida holandesa eran los clientes de aquí”. Así que, se eliminó el resto de la oferta de la carta y se especializó en un plato único -la mesa de arroz- que se sirve, desde el primer día, con 14 platos. Una aclaración para los puristas: se ha servido siempre una comida indonesia europeizada, “del gusto y al modo como la preparaban muchos restaurantes holandeses en aquella época”.

Pere Escortell hace otras dos puntualizaciones: una, en el Rijsstaffel el número de platos puede variar -“nosotros hemos preparado siempre 14 y han sido siempre los mismos”-; y dos, la comida que se sirve se elabora exactamente igual y con las mismas especias que utilizaba Kees Van Eck cuando abrió el negocio, que tiene licencia de 1968.

Un joven Pere de 14 años empezó a trabajar detrás de la barra, limpiando vasos, en al año 1976. Compaginaría el trabajo con los estudios y la mili. De la barra pasó al servicio y de ahí, a la cocina, “donde él me lo enseñó todo”. Hubo remodelaciones que permitieron ampliar el comedor. Se habilitó una naya cubierta y el propietario se construyó una casa en la misma parcela, lo que le permitió destinar íntegramente el local originario a restaurante. Entre la vivienda y la naya, se acondicionaría también una terraza que ha hecho pasar a muchos unas magníficas veladas de verano.

En mayo de 1985, Van Eck propone a Pere Escortell la venta de la casa y el restaurante. “Ese día no dormí tranquilo, cobraba un sueldo de 3.000 pesetas al mes y pensaba que, aunque él dijese lo contrario, no podría pagar en la vida los 2 millones al año que me pedía”, confiesa. El propietario solo le puso una condición, que formalizase la relación con su novia, su Pepita, que trabajaba en la Casa de Holanda. El milagro se hizo. El 9 de abril de 1987, la pareja se ponía al frente del Indonesio 43, él en la cocina y ella fuera, en el servicio. Y hasta ahora.

Escortell recuerda el apoyo que recibió en aquellos primeros años de Kees Van Eck, que seguía acudiendo a echar una mano y ejerciendo como relaciones públicas. Tenían una clientela fija y en verano y los fines de semana, si querías cenar tenías que reservar mesa. “Hasta el 2007 fue una época muy buena, de mucho trabajo”, recuerda. La crisis cambió las cosas y otra crisis, la derivada de la pandemia, parece haber abierto nuevas puertas. Llegó la comida para llevar, una fórmula que sigue funcionando muy bien y que compaginan con la marcha habitual del negocio, donde el servicio presencial sigue siendo el fuerte. Entre la clientela habitual, junto a los de Dénia, muchos valencianos y también clientes de Xàbia y Gandia. Eso sí, el Rijsstaffel sigue siendo menú único y para acompañarlo, una carta de vinos muy actualizada.

            De la mano de Cerveza Turia, Casa Meua és Casa Teua echará anclas en el Indonesio 43 el jueves 26 de mayo. Aunque el menú está claro, Pere y Pepa anuncian alguna sorpresa. Prepárense los comensales, si no conocen su mesa de arroz, a descubrir nuevos sabores y disfrutar de salsas y especias muy particulares en un local donde el tiempo parece no haber pasado y en el que solo ha cambiado alguna fotografía. El teléfono para reservas es el 630 02 81 94.

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