Una ventana a la historia entre el cielo y el mar
Pinceladas de arqueología ayudan a entender una realidad urbana ligada a un puerto muy activo a lo largo de los siglos
El ala oriental del Palacio del Duque, lo que queda en pie de la residencia del quinto Marqués de Dénia en lo alto del castillo, ha cobrado nueva vida como atalaya de la ciudad. Convertida en Centro de Interpretación de la urbe, desde el domingo se erige como una ventana abierta al visitante para acercarlo a su historia. Lo hace a través de cinco hitos o épocas que aparecen reflejados en otras tantas vitrinas y dejando claro que su realidad urbana está unida, de forma indiscutible, al puerto y al mar. Modernas y sencillas, las dependencias remodeladas por el Área de Arqueología y Museos ofrecen una visión rápida y documentada de la vida de una ciudad que ha tejido lazos comerciales con El Cairo, Túnez, Constantinopla, Amberes o Nápoles, como se encargan de recordarnos sus ventanales. Una ciudad que ha mirado y sigue mirando al mar y que desde lo alto del castillo vigila y guarda su historia.
La inauguración del Centro de Interpretación de la Ciudad se organizó a modo de fiesta, con desfile y música a cargo de la Colla La Xareta incluidos. Representantes municipales, invitados y todos aquellos que quisieron sumarse a la convocatoria se concentraron en la plaza del Ayuntamiento para subir al castillo. Allí, a los pies del palacio -que desde 1987 fue sede del Museo Arqueológico- se realizaron los parlamentos. El alcalde, Vicent Grimalt, recordó que en tiempos el Duque de Lerma y Marqués de Dénia recibió a Felipe III y a Margarita de Austria. El monarca visitaría en tres ocasiones Dénia, que sería sede del estado a principios de 1604 y recibiría el título de ciudad en 1612, convirtiéndose en la sexta ciudad del reino.
Vigía silencioso de estos y otros hechos históricos, como indicó el concejal de Cultura, Raúl García de la Reina, el castillo ha sido objeto en los últimos años de varios trabajos de mejora realizados con cofinanciamiento supramunicipal. Los próximos, incluidos en el 2% cultural de los Ministerios de Transporte y Movilidad Sostenible y Vivienda y Agenda Urbana, se realizarán en la Torre de la Devesa y la Batería de Tierra.
Pero habrá más mejoras. O al menos, así lo anunció la jefa del Área de Arqueología y Museos, Massu Sentí. Entre ellas, la adecuación de la plataforma superior del castillo y un centro de recepción de visitantes, todavía en proyección, que coordine las visitas a los museos, el castillo y la ciudad. También se dotará de accesibilidad al Centro de Interpretación que ahora se ha inaugurado, en el que se han invertido 135.750,38 euros procedentes del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del gobierno financiado con los Fondos Europeos Next Generation.
La actuación en el ala oriental del Palacio del Duque forma parte de un proyecto más ambicioso de actualización de una propuesta expositiva museográfica que se había mantenido inalterada durante cuatro décadas, como explicó la arqueóloga. La intervención ha permitido picar las paredes y sacar a la luz la piedra del castillo y la obra original del palacio. Se ha ajustado la iluminación, se ha renovado el color de las paredes, se ha habilitado un espacio para proyecciones y se ha dotado el recinto de videovigilancia.
Cinco grandes vitrinas de metacrilato colocados según la línea del tiempo ofrecen una visión sencilla pero suficiente para entender las cinco grandes épocas que han marcado la historia de la ciudad: íbera, romana, medieval islámica, moderna y contemporánea, hasta el siglo XIX y los tiempos dorados de la pasa. Las vitrinas -“un milhojas de historia”, precisó Sentí- incluyen piezas arqueológicas “extraordinarias” y representativas de cada etapa procedentes tanto de prospecciones terrestres como subacuáticas. Los textos explicativos se pueden leer en valenciano, castellano e inglés. Al fondo de la sala, la imagen del Duque de Lerma y un mapa de finales del siglo XIX.
Las cinco ventanas que rodean la sala son, junto al audiovisual de entre 3 y 4 minutos que se proyecta en el espacio interior, el otro gran atractivo del centro de interpretación. Es en ellas donde se plasma, más que en ningún otro elemento, el vínculo de Dénia con el mar y el carácter de ciudad vigía o atalaya de aquella vieja Hemeroscopeion. En los cristales de cada una aparece grafiado el nombre de una ciudad con la que en algún momento se han entablado relaciones, su localización, la distancia que la separa de Dénia y sus coordenadas geográficas. Mirar a través de ellos es un regalo para el espectador, por la visión que le ofrecen y por la oportunidad de imaginar cómo fue aquella ciudad que formó parte de la órbita del imperio de Justiniano, que recibió regalos del califato fatimí de Egipto o que mantuvo una intensa relación comercial con el norte de África en los siglos XI-XII. Sabemos también que mucho antes, en época tardo ibérica republicana, en Dianium se bebían vinos italianos que se transportaban en ánforas por mar desde la Campania, que hubo de nuevo relación con Nápoles en tiempos de la Corona de Aragón y que también existieron lazos comerciales con Flandes.
El nuevo Centro de Interpretación de la Ciudad no es sino una pequeña ventana abierta para tomar conciencia de la ciudad que se desarrolla al pie de esa atalaya y divisar “la diversidad del mundo”, remarcó la jefa del Área de Arqueología y Museos.
En el aparatado de agradecimientos, Massu Sentí citó a Rocamora Diseño y Arquitectura, el equipo de Patrimonio Inteligente, a Luis Pérez ‘Cucharrato’, al departamento de Prensa y Protocolo por su apoyo y, como no, al personal de Arqueología y Museos. A partir del día 19, anunció, las visitas programadas los domingos al castillo a las 11.30 horas incluirán en el recorrido este nuevo espacio.