A la luna de Valencia: Hasta luego
Todos los años, al acercarse las fiestas patronales, les doy un merecido descanso, porque pienso que en fiestas y en verano, no se les debe agobiar más y con la que está cayendo es mejor no amargarles la vida, contándoles malos rollos.
Este año me adelanto a esas fechas, por motivos personales, que me impiden estar con la cabeza fría. Del mismo modo, mi vuelta también tardará algo más de lo habitual. Espero volver con ánimos renovados y aunque hay lectores que me piden que dé caña, no lo voy a hacer, a menos que la cosa se ponga muy chunga y haga falta un buen empujón.
No quiero decirles hasta luego sin señalarles el "éxito" del AVE, que ya une Alicante con Madrid y viceversa. Es un placer para los hosteleros, porque acercar la capital a 2 horas y unos 20 minutos es dejarla a tiro de piedra. Por otro lado, el sentido inverso también producirá un aumento de los viajes culturales para ver el último musical, la última obra de teatro, la ultima representación operística. Es más, el turismo se potenciará y podremos emplear más parados. Parece que ha quedado claro que después de la privatización de la gestión del Auditorio de Altea, cuyo coste es inasumible por el Ayuntamiento de esa población, que se demuestra que la fiebre de los auditorios, palacios de la música, que han proliferado en los años de abundancia, solo era una fiebre preludio de una grave enfermedad como es el déficit presupuestario.
Cuando la troika ha puesto firmes a las distintas administraciones públicas, ha empezado la desbandada. Si alguien quiere, pues, ver un eventito cultural, tendrá que irse a la capital... ¡Feliz verano!