A la luna de Valencia: Todos contra la crisis
Lo primero que tengo que hacer, encabezando la columna, es felicitar al PP por su brillante victoria en las elecciones del 20 N, que ha sido, en parte, una consecuencia de la descomunal derrota del PSOE. El PP tiene toda la legitimidad para hacer lo que quiera, no solo por esa mayoría absoluta, enorme, sino porque no se ha comprometido a nada, aunque ha habido dirigentes que en otras instancias de la Administración, autonomías, diputaciones, ayuntamientos ya han dado muestras de que no se van a arredrar para practicar recortes, tijeretazos, medidas de ahorro, de austeridad, esas medidas que el Gobierno anterior empezó tarde y mal y que le han pasado una cara factura de más de 4 millones de votos y la pérdida de casi todas las CCAA y ayuntamientos más importantes. Más vale caer en gracia...
Desde ahora, al próximo gobierno le queda un durísimo trabajo, desagradable y antipático, porque nadie quiere rebajar sueldos, ni hacer pagar por las atenciones sanitarias o los medicamentos, hacer pagar por una Justicia asequible y rápida, retocar la ley que regula la atención a discapacitados y dependientes y al mismo tiempo fomentar el empleo, rebajar los impuestos, sobre todo el IVA, que es el que afecta al consumo. Mientras todas estas medidas se hacen efectivas, debe procurar que los parados, sobre todo a los de larga duración, tengan la posibilidad de tener una vida como mínimo digna.
Es hora de que tiremos todos del carro, que España es de todos para lo bueno y para lo malo. Ahora bien, tiremos del carro, pero metidos todos entre las varas o en la reata, no unos soportando la carga del carro y arrastrándolo y otros sobre él, con el látigo en la mano y arreando a los que tiran de él, por no hacerlo a su gusto y con la debida diligencia.