Bebamos tranquilos...
El 30% de los accidentes de coche son provocados por el exceso de alcohol que llevan sus conductores.
Todas las discusiones en los bares, la calle o lugares públicos, son producto de la mala bebida de al menos uno de sus involucrados.
Las macro reuniones en lugares cerrados, los botellones, no son para otra cosa que no sea beber desmedidamente cualquier clase de bebida alcohólica.
Los jóvenes beben alcohol desde niños, la cantidad de atenciones a comas etílicos que se producen los fines de semana en todo el país, es verdaderamente alarmante.
Si pudiésemos decir que es sólo responsabilidad de los padres y ya está, pues...problema resuelto, pero ocurre que los padres son los primeros que no tienen autoridad moral para decir a sus hijos que no beban mientras sostienen el cubata en la mano.
Hemos llegado al colmo de ver a jóvenes bailando con el vaso en la mano.
Desde siempre los extremos no son buenos consejeros, nadie niega que una copita sienta bien, pero ¿qué necesidad hay de "coger el puntito"?
Ese puntito es la falta de personalidad, la demasiada timidez, eso se mejora con una buena información, con más cultura y como dice Jorge Bucay, consiguiendo un/a amante.
Se refiere a encontrar el placer de tener algo por qué vivir, jugar al ajedrez, coleccionar grillos, contar estrellas, acostarse con la vecina o el vecino de arriba, pero alguna actividad que le saque a uno de la rutina y la necesidad de beber para olvidar los otros malos tragos del trabajo o la propia casa.
Se me ocurren muchas soluciones para terminar con la mala bebida, pero no me resigno a creer que sólo a mí me preocupa que una panda de malos bebedores arruine vidas y a sus familias.
Me cuesta creer que esos malos bebedores sean tan individualistas, egoístas e incultos como para no pensar que hasta están mal vistos por el resto de quienes les rodean.