Cuidado, vienen las elecciones
??El grave problema de un país no son sus políticos sino su pueblo, ese que por falta de conocimientos se deja entusiasmar, engatusar, mejor.
Ese pueblo que defiende a ultranza ideas de sus abuelos, aquellos que fusilarían a todos los rojillos o que pasarían por la guillotina a esos fachas abanderados.
Ideologías radicales cargadas de odios e ignorancia (una cosa es consecuencia de la otra), que venimos arrastrando desde que el mundo es mundo.
Los humildes creen que es justo que las cosas cambien y los poderosos creen que es justo que las cosas cambien, sólo que cada uno pretende el cambio hacia su parcela sin comprender en absoluto las necesidades del otro.
Ambos tienen razón, sólo se arreglarían las cosas si las dos partes miraran hacia adentro y como los burritos amarrados por una cuerda, comprendieran que juntos y compartiendo es la única manera de comer todos por igual.
Los políticos, sean de la ideología que sean, vienen demostrando en todo el mundo, del que España no se salva, que sus fórmulas no sirven.
La crisis es mundial, Cuba es un paraíso para unos y un infierno para otros, lo son también Noruega y Suiza, Estados Unidos y China, es decir, la cosa no es sólo nuestra sino de la humanidad.
Si pensamos en la proporción de políticos por habitantes resulta que una ridícula minoría maneja los hilos de la marioneta universal y, nosotros, pequeños fragmentos de esa figura, bailamos a su gusto y desenfreno.
Votar no es que gane la izquierda porque soy obrero o que gane la derecha porque soy comerciante, malo es ese padre que defiende la inocencia de su hijo porque es su hijo sin reconocer su mal comportamiento.
En estas elecciones, no nos engañemos, la cosa está muy mal, no porque gobierne la derecha los bancos van a dar créditos a quienes no podrán pagarlos, ni la izquierda podrá arreglar lo que no ha podido en todos estos años.
La realidad es otra, no hay que perder la memoria, a lo largo de nuestra reciente democracia han habido auténticas barbaridades en especulaciones, prevaricaciones, desfalcos, abusos de poder y cualquier delito que se nos pueda ocurrir en las altas esferas de la política y en los más pequeños ayuntamientos, tanto de derechas como de izquierdas.
No nos dejemos engañar, siempre hubo escándalos a diestra y siniestra, es cuestión de no perder la memoria o de informarse de la historia más reciente.